El 'walkman' con el que ETA iba a anunciar las bombas de Madrid tenía las pilas gastadas
Los presuntos etarras Gorka Loran Lafourcade y Garikoitz Arruarte Santacruz, detenidos el día 24 cuando pretendían hacer estallar 50 kilos de explosivos en la estación de Chamartín, en Madrid, prepararon una grabación para ordenar el desalojo del tren dos minutos antes de su llegada a la estación. Sin embargo, el mensaje no hubiera podido escucharse ya que las pilas del walkman que lo contenía estaban gastadas. La investigación ha puesto de relieve la precaria preparación de los etarras, que habían recibido un improvisado cursillo de sólo 45 minutos para el manejo de los explosivos.
El juez de la Audiencia Nacional Guillermo Ruiz Polanco decretó ayer la prisión incondicional de Gorka Loran y Garikoitz Arruarte por delitos de pertenencia a banda armada, terrorismo, depósito de explosivos, tenencia ilícita de armas y por 180 delitos de tentativa de asesinato, uno por cada pasajero del tren Intercity San Sebastián-Madrid en el que viajó la maleta con 25 kilos colocada por Loran.
Según fuentes de la investigación, Loran accedió al Intercity San Sebastián-Madrid en la mañana del día 24, y colocó la maleta con 25 kilos de explosivos entre dos asientos, que dejó reservados con unas revistas de esquí, aunque posteriormente la subió al maletero. Al lado dejó una mochila con un walkman conectado a unos altavoces. El propósito era que dos minutos antes de la llegada del tren a Madrid, prevista para las 15.12 horas, se activase una grabación con el siguiente mensaje: "Atención. Les hablo en nombre de ETA. Dos bombas harán explosión en este tren dentro de 45 minutos. Salgan inmediatamente." El mensaje debería repetirse varias veces.
Billetes por Internet
Según los datos conocidos, la maleta con explosivos fue interceptada en Burgos y el pasaje abandonó el tren esa localidad. Pero la policía ha comprobado que el aviso no habría podido llegar a escucharse, ya que las baterías del walkman estaban descargadas.
Mientras Gorka Loran dejaba la maleta en el Intercity, su compañero, Garikoitz Arruarte, era detenido por la Policía en la estación con otra maleta con 28 kilos de explosivos. Ambos habían consultado la disponibilidad de billetes en Internet pero finalmente los compraron en ventanilla, donde les dieron los asientos 61 de ventanilla y 63 de pasillo del vagón número 2.
Loran accedió al tren, colocó la maleta y abandonó el vagón, llamando a su compañero por un teléfono móvil. Pero para entonces, Arruarte había sido detenido, según la policía porque levantó sospechas por su visible nerviosismo durante la compra de los billetes. Arruarte no contestó, por lo que Loran se dirigió a su domicilio de Hernani, donde fue detenido poco después.
Cuando Arruarte fue arrestado en la estación, portaba un peluca de color castaño larga y ondulada y un gorro de lana negro. También le fue encontrado un disco compacto con un mensaje similar al del walkman de Loran, aunque dijo a la policía que pensaba reivindicar personalmente el atentado.
El presunto etarra llevaba cuatro billetes de tren: dos de ida para el Intercity San Sebastián-Madrid para el día 24 y otros dos de vuelta para el tren que saldría de Madrid a las 22.45 del día 25 y llegaría a San Sebastián a las siete de la mañana del día 26.
El escaso entrenamiento que reciben los etarras parece haber sido decisivo para su captura. En realidad, la Policía estaba sobre aviso desde que la primera de las bombas explotó junto a la vía férrea en Pedralba (Zaragoza) el día 23, cuando había sido preparada para que estallase el día de Nochebuena a las 18 horas. Fue la que puso a la policía en la pista de la cadena de explosiones que preparaban.
A los dos detenidos se les imputa también la colocación del artefacto enterrado en la vía cerca de Samper de Calanda (Teruel), que debía estallar el próximo día 31 a las 18 horas. La bomba fue localizada con ayuda de Arruarte, que dibujó un croquis del lugar, al que después fue llevado por las fuerzas de seguridad.
Los dos presuntos etarras se negaron a declarar ante el juez, por lo que fueron enviados a prisión tras una breve comparecencia ante Ruiz Polanco.
Gorka Loran denunció haber sido maltratado por la Policía, aunque el forense de la Audiencia Nacional no apreció que tuviese marcas de golpes o magulladuras. En un piso franco de Pamplona la Policía encontró documentos sobre diversas entidades y personas, informaciones en general poco elaboradas, a veces simples recortes de prensa.
Entre las personas y entidades observadas se cuentan Cementos Portland, una profesora de Ciencias de la Información Universidad de Navarra, y el propietario de Inditex y la cadena de tiendas Zara, Amancio Ortega.
Entre la documentación también constaban los domicilios de algunos consejeros de administración del Diario de Navarra, que ya han sido advertidos por los investigadores.
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