Homenaje al 'tren dels anglesos'
Una publicación recupera la historia del tren Gandia-Alcoi, que marcó una época entre los años 1893 y 1969
El ferrocarril Gandia-Alcoi, desaparecido hace 34 años, sólo forma parte hoy de la memoria popular, pero marcó una época en las comarcas de l'Alcoià, El Comtat y La Safor. Su construcción va unida al desarrollo de la industria de l'Alcoià y el Comtat a finales del siglo XIX y principios del XX, y al origen de un incipiente turismo en Gandia. Una publicación, titulada El tren Alcoi-Gandia y editada por Edicions Tívoli, ha recuperado la historia de esta infraestructura a través de más de 200 imágenes, la mayoría inéditas, procedentes de archivos públicos y de particulares, y de textos elaborados por Josep Lluís Peiró. El libro, impulsado por la Asociación de Amigos del tren Alcoy-Gandia, no sólo es un documento imprescindible para conocer el impulso económico que experimentaron las comarcas del interior de Alicante y sur de Valencia a principios del pasado siglo, sino que muestra el vínculo que sus habitantes mantuvieron con el tren en sus 76 años de existencia, desde su inauguración en 1893 hasta su desmantelamiento en 1969.
A finales del siglo XIX, las comarcas del interior disponían de una próspera industria, pero su complicada orografía limitaba sus vías de comunicación y acotaba su desarrollo. Esta industria necesitaba además adaptarse a la nueva energía que proporcionaba el carbón. Fue así como una empresa del Reino Unido puso sus miras en la zona y se interesó por la apertura de una nueva línea ferroviaria para importar desde el norte de Europa el carbón para la industria y la madera necesaria para el embalaje de productos agrícolas.
En 1889 se firmó un contrato de venta del puerto de Gandia y de la compañía de ferrocarriles Alcoy and Gandia Railway and Harbour Company Ltd a favor de John Cockburn Francis Lee, y empezó la construcción del tren. La nueva línea férrea discurría entre los municipios de Alcoi y Gandia, con un desnivel de 513 metros, y su longitud era de 53.355 metros. Las locomotoras, un total de ocho, se construyeron en Manchester, mientras que los vagones de carga y de pasajeros (de madera, con capacidad para 40 personas y considerados los más modernos de la época) se fabricaron en Birmingham. Las obras de construcción de la línea (presupuestadas en 138.233 euros, 23 millones de las antiguas pesetas) duraron dos años, y se convirtieron en uno de los acontecimientos más importantes de la época. A medio kilómetro de Muro, en dirección a Gandia, se levantó un puente de hierro sobre el río Agres, con 150.620 kilogramos de peso y 132,65 metros de longitud, considerado en el momento como "la obra más importante" de la provincia. El trayecto duraba 3,18 horas en descenso, y 3,35 horas en el viaje ascendente.
La publicación relata con imágenes y textos (en castellano, valenciano e inglés) los avatares de la llegada de la nueva infraestructura. En principio fue concebido como vía de transporte para toda clase de productos manufacturados (papel, cartón, aceite, vino, harina, tejidos, frutas y verduras, entre otros), elaborados en las comarcas de La Safor, el Comtat y l'Alcoià, e importaba de Inglaterra y otros países carbón, sal, pescado, tabaco y madera. La línea discurría por las poblaciones de Alcoi, Cocentaina, Muro, Gayanes, Beniarrés, Lorcha, Villalonga, Potries, Beniarjó, Almoines y Gandia. Supuso además la construcción e impulso del puerto gandiense, del que partían cada año más de 150.000 toneladas de productos agrícolas hacia Reino Unido. Conocía popularmente como el tren dels anglesos acabó convirtiéndose en la década de 1960 en el transporte de los primeros turistas a la costa gandiense, procedentes de las comarcas del interior de Valencia y Alicante.
La línea se convirtió hace años en una ruta verde muy popularizada entre senderistas y los vecinos de la zona, sobre todo el tramo del Racó del Duc que discurre por los antiguos túneles, por la zona conocida como el Barranc de l'Infern, de un alto valor paisajístico.
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