El fiscal pide seis años de cárcel para dos estafadores de 10 empresas por el 'timo del nazareno'
La Fiscalía de Madrid solicita seis años y seis meses de cárcel para dos personas que estafaron a una decena de empresas de Madrid y provincias limítrofes mediante el llamado timo del nazareno. Los acusados compraban mercancías a empresas, las vendían a terceros desconocidos (pero que en realidad eran ellos mismos) y luego no pagaban las letras que habían fimado para retirar los pedidos. Al ver que no pagaban las letras, aquéllos trataban de retirar las mercancías, pero no las podían localizar porque supuestamente estaban en manos de terceros. Los acusados son Escolástico A. G. y Donato R.
El fiscal pide que devuelvan los casi 110.000 euros supuestamente estafados a estas empresas y les acusa de los delitos de falsedad, estafa continuada y receptación (adquirir un producto a sabiendas de que su procedencia es ilícita). Cuenta el fiscal que Escolástico Aranda y Donato Requena, "con ánimo de lucro y connivencia" entre ellos y con terceras personas, pusieron en marcha el llamado timo del nazareno a partir de 1998. Una de las empresas estafadas es la Cooperativa de Viñas Sacedón, de Guadalajara. Los acusados concertaron con esta industria dos operaciones de venta de vino por valor de 32.000 euros. Los acusados hicieron el negocio por teléfono y fax y se valieron para ello de una tercera persona "no indentificada" que actuaba en connivencia con ellos y que fingió representar a la empresa Leongel, SL.
Letras devueltas
El vino fue transportado desde Sacedón a una nave de Zaragoza y desde allí hasta otra nave de Villarejo de Salvanés, en Madrid. Las dos letras de cambio libradas por los acusados para pagar el vino fueron devueltas.
Mármoles San Marino, radicada en Murcia, es otra de las industrias supuestamente estafadas. Vía telefónica, esta empresa vendió a los acusados, a través de un tercero, 2.000 metros de mármol. El tercero fingió ser representante de la firma CC y Gestión. El mármol terminó en la nave que los acusados poseían en Villarejo de Salvanés, pero su importe, casi 8.000 euros, no fue abonado a los dueños del mármol.
En octubre de 1998, cuenta el fiscal, la mercantil Francisco Núñez contrató con una persona desconocida que actuaba en connivencia con los acusados, y que decía representar a Gestora del Suelo de Madrid, SL, la venta de materiales por importe de 40.000 euros. la mercancía terminó en la citada nave de Villarejo de Salvanés. El dueño de la mercancía nunca llegó a cobrarla ni pudo retirarla de la nave, porque cuando fue a por ella, tras el impago de las letras, ya había desaparecido de allí.
El fiscal reclama que, con vistas al juicio, los acusados aporten los libros contables de sus sociedades y los documentos que acrediten si éstos han satisfecho los impuestos correspondientes a sus actividades empresariales.
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