El mito de Kurt Cobain sigue vivo

Vivió rápido y murió joven. Kurt Cobain (Aberdeen, Seatle, 1967-1994), el chico que no soportaba el éxito, se pegó un tiro de escopeta hace nueve años en plena efervescencia del movimiento grunge, que él había contribuido a lanzar, pero nueve años después de su muerte el mito del cantante de Nirvana sigue vivo. Diarios (Mondadori), una selección de los cuadernos en los que apuntaba sus reflexiones o sus dibujos, ha vendido más de 10.000 copias en España, y los discos del grupo, que no han sido descatalogados en ningún momento, despachan casi 300.000 copias cada año.

Tachaduras, palabrotas, dibujos de trazos infantiles, cartas o pensamientos íntimos. Todo encajaba en esos cuadernos que Cobain empezó a escribir a mediados de los ochenta y que la editorial ha titulado Diarios aunque no responden a un diario al uso. No figura data, pero a través de sus páginas, se puede hurgar en la personalidad de un músico extraordinariamente atormentado aunque también se desvela una imagen bastante profesional de un joven que odiaba la violencia y que se convirtió en una de las estrellas del rock más influyente de su generación.

"Espero morir antes que convertirme en Pete Townshend", asegura Cobain en uno de sus 23 cuadernos de anillas a modo de conclusión, tras una larga diatriba en la que asegura sentirse como un cretino escribiendo sobre sí mismo como si fuera un icono semidivino del pop rock americano: "He leído tantas interpretaciones freudianas mediocres y patéticas basadas en entrevistas que hablan de mí, desde mi infancia hasta el estado actual de mi personalidad, y de mi fama de heroinómano perdido, alcohólico, autodestructivo, aunque abiertamente sensible, delicado, sumiso, frágil, un pobre diablo dispuesto en cualquier momento a meterse una sobredosis, tirarse de un tejado totalmente ido de la olla, volarse la tapa de los sesos o las tres cosas a la vez porque ¡no soporto el éxito!".

La selección del material publicado la realizó su esposa, Courtney Love, personalmente y, naturalmente, no faltan las referencias dulces a ella - "Te llevo como un tatuaje. Despliego mi amor por ti como un pavo real extiende su plumaje, si bien con demasiada frecuencia te dedico menos atención de lo que dura un tiro en la sien"- con la que sostuvo una relación de obsesión y dependencia total.

El libro, en el que apenas hay referencias a Krist Novoselic y Dale Crover, los otros componentes de la banda, incluye, sin embargo, pasajes cotidiandos como el que sigue: "Dave Franz y yo estábamos en el aparcamiento de un famoso club de luchadoras de barro pillando unas pastis, cuando de repente se pararon a lado nuestro dos coches chupagasolina y del que estaba más cerca de nosotros salieron cinco macarras chicanos con cuchillos y pistolas que empezaron a gritarse y a insultarse entre ellos. Pero entonces, fiel al lema de 'proteger y servir', apareció la poli, que incitó a los matones a huir en sus coches, desencadenándose una persecución espectacular. Había incluso helicópteros con reflectores. Ni que decir que pillamos las pastis y nos abrimos. Teníamos que tocar en un café superpequeño y nos salió un concierto de puta madre. Íbamos hasta el culo de alcohol y drogas y desafinábamos la hostia".

Diarios, del que se se acaba de lanzar una nueva edición de 5.000 ejemplares, se presenta con páginas en las que se enfrentan los originales de los cuadernos con la traducción al español. El libro, con una portada en negro en la que destaca la palabra diarios en rojo y el nombre del autor en rosa, se ha vendido, sobre todo, en los establecimientos especializados en música y a los que acude el público más joven. La venta de Diarios no ha constituido una sorpresa. El fondo de catálogo de los discos de Nirvana no ha dejado de moverse en este tiempo. Nirvana, el disco más vendido de la banda, lleva despachadas casi trece millones de copias y lo normal, según una fuente de la discográfica Universal, es que sus álbumes vendan una media anual de 300.000 copias. En Internet todavía es posible encontrar el documento en el que se certifica la muerte del vocalista y compositor de Nirvana así como la carta, escrita por él, a modo de despedida a sus seguidores y su esposa y su hija Frances, antes de apretar el gatillo.