Multas en Granada

Quiero expresar mi profunda indignación por los hechos que a continuación relato. El 14 de febrero de 2003 se impuso una sanción en Granada, por parte de un agente municipal, al vehículo de mi propiedad. Para imponer la misma, por supuesto no se molestó en comprobar los datos del vehículo ni del conductor, y es conocido por todos que si se toma una matrícula errónea, los datos del supuesto infractor, salen directamente en Tráfico. Resido en Jaén y viajo ocasionalmente a Granada, pero no ese día, ya que por motivos familiares, como he demostrado en los tres recursos que he interpuesto, me encontraba en Madrid, a donde sí viajo asiduamente. Aporté el certificado correspondiente de una entidad bancaria donde realicé un movimiento ese día y a una hora en la que era imposible que me hubiese dado tiempo a desplazarme. Este certificado prueba de donde me encontraba ese día no sirve para el Ayuntamiento de Granada, alegan que he podido prestar mi tarjeta. Lógica bananera, es más probable que un ciudadano deje una tarjeta de crédito para que alguien la utilice a 340 kilómetros a que el agente municipal se haya equivocado al tomar la matrícula.

Tras haber interpuesto tres recursos, si quiero continuar recurriendo, tengo que ir a un contencioso que, por supuesto, me va a costar el dinero a mí, no al Ayuntamiento, aunque se demostrase mi inocencia.

Deseo manifestar la indefensión con la que nos encontramos los ciudadanos honrados ante algunos organismos públicos, en este caso el Ayuntamiento de Granada, y hacer una serie de reflexiones: ¿Se leen los recursos que interponemos? ¿Los agentes municipales son infalibles y no se equivocan nunca? ¿Es éste un método para recaudar impuestos? ¿Está al tanto el señor alcalde de Granada de estas tropelías?

Quiero decirle al señor alcalde que, para que me dejen en paz porque soy una ciudadana pacífica que no le sobra el dinero ni el tiempo para seguir pleiteando le he ingresado el donativo de la "impresentable e injusta sanción".