Paseantes timados
Quiero divulgar el engaño que sufrimos mi pareja y yo el otro día, por si le sucede a alguien, que no se deje llevar por su buen corazón y luego se le quede la cara de tonto. Estamos seguros de que estos timadores repiten porque se aprovechan de la sorpresa, de su buen aspecto y de la buena fe de sus víctimas.
Sucedió en fin de semana, por la tarde, lloviendo, en el barrio de Salamanca. Una pareja de mediana edad, bien vestida y con aire de estar en apuros, se nos acerca educadamente diciéndonos que se les han quedado las llaves dentro del coche y tienen allí la cartera y el bolso y no pueden ni volver a casa ni llamar a nadie, porque no tienen dinero encima. Que a ver si, por favor, les dejamos algo para coger un taxi y llegar a casa de un hijo que les ayude.
Lloviendo a mares y poniéndonos en su lugar, no dudamos en darles algo de dinero que ellos prometieron devolver apuntando un teléfono nuestro. Según se marcharon nos dimos cuenta de que nunca llamarían y que debimos llamar por teléfono a alguien para ayudarles y no darles dinero. Es triste ver que hay gente que vive de fomentar la falta de confianza y la insolidaridad.
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