Un atentado con coche bomba causa 20 muertos y 32 heridos en una comisaría iraquí
Al menos 20 personas murieron ayer y otras 32 resultaron heridas por la explosión de un coche bomba en la localidad de Jalidiya, al oeste de Bagdad, en el último ataque de la resistencia iraquí hasta ahora antes de que se anunciara la detención de Sadam Husein. La explosión se produjo sobre las 8.40 hora local (dos horas menos en la España peninsular) y tuvo como objetivo una comisaría de Jalidiya, unos 60 kilómetros al oeste de Bagdad.
La mayoría de los muertos fueron agentes locales congregados frente al edificio de la comisaría, como lo hacen a diario, antes de dirigirse a sus lugares de trabajo. Según testigos, la detonación dejó un enorme boquete en el muro del edificio, situado en una avenida principal y al que acudieron decenas de ambulancias para atender a las víctimas. Fuentes estadounidenses aseguraron que no había soldados de la coalición entre los muertos o heridos del ataque, que podría tratarse de un atentado suicida.
En los alrededores de la comisaría se podían ver los cuerpos sin vida de varios civiles y policías locales, además de algunos vehículos destrozados por la explosión. La localidad de Jalidiya se encuentra en el llamado triángulo suní, escenario de la mayoría de los ataques de la resistencia iraquí contra las tropas de la coalición.
La explosión de ayer es la última de una serie de atentados similares contra efectivos de la policía y otros iraquíes acusados por la resistencia de colaborar con las tropas de ocupación.
Tras la caída del régimen de Bagdad, la Administración civil estadounidense de Irak disolvió el Ejército y la policía del antiguo Gobierno y anunció la creación de un nuevo cuerpo de agentes locales.
Contra la policía iraquí
Al menos 40.000 personas fueron reclutadas con el fin de ser instruidos por el Ejército de EE UU para formar el nuevo cuerpo de seguridad del país. Pero los partidarios del antiguo régimen consideran a estos iraquíes colaboradores con el ocupante, por lo que han convertido las comisarías en blanco de frecuentes ataques.
El último atentado registrado contra un centro policial se produjo el pasado 22 de noviembre con dos coches bomba que explotaron cerca de sendas comisarías de Jan Bani Saad y Baquba, en el norte de Bagdad. En esa ocasión, al menos 18 personas perdieron la vida y otras 40 resultaron heridas. El atentado de ayer ha sido el último de los insurgentes antes de que se anunciara la detención del dictador iraquí Sadam Husein en una operación nocturna cerca de su ciudad natal de Tikrit.
Por otra parte, un soldado norteamericano murió ayer en Bagdad cuando trataba de desactivar un artefacto explosivo.Desde el fin de las principales operaciones bélicas en Irak, anunciado por el presidente estadounidense George W. Bush el pasado 1 de mayo, más de 190 militares estadounidenses han muerto por ataques de los insurgentes. El Ejército de Estados Unidos acusa a leales y simpatizantes del régimen de Sadam Husein de estar detrás de los atentados.
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