IU afronta su 14ª asamblea con la previsible reelección de Diego Valderas como coordinador

Después de tres años de continuos desencuentros, oficialistas y críticos de Izquierda Unida de Andalucía comienzan hoy la 14ª asamblea andaluza con la impresión de que el resultado está cantado: sobre un 60%, quizás más, para los primeros y el 40% restante para los segundos. La dirección que encabeza Diego Valderas hizo ayer una encendida defensa del coordinador federal, Gaspar Llamazares, que se será reelegido con toda probabilidad el próximo fin de semana en la 7ª asamblea nacional. Hasta tal punto, que ha incluido el respaldo a Llamazares en el informe de gestión que presentará hoy ante los delegados, de manera que sí los críticos no ratifican su labor, tampoco la del coordinador federal.

El equipo de Diego Valderas sabe que buena parte de la corriente crítica Convocatoria por Andalucía está molesta con Gaspar Llamazares porque no se ha dirigido a ellos para pedirles su apoyo en la 7ª asamblea federal (19, 20 y 21 de este mes) ni ha atendido las reclamaciones que han elevado a Madrid sobre anomalías en los censos y en el sistema de elección de delegados. Para preparar el congreso federal anterior -que se celebró una semanas después que la asamblea andaluza de 2000-, Llamazares se entrevistó al menos cinco veces con los críticos andaluces, sin los que nunca hubiera ganado al secretario general del PCE, Francisco Frutos.

Esta vez, sin embargo, no ha habido contacto alguno, ya que el coordinador tiene garantizada la reelección tras pactar con el sector de Frutos, que en Andalucía representan Valderas, Felipe Alcaraz, y toda la dirección. Varios miembros del sector crítico andaluz han mantenido reuniones entre sí para estudiar si apoyan una lista alternativa a Llamazares, distinta a la de Ángeles Maestro, Corriente Roja, que en Andalucía respalda la CUT. Hasta el momento no hay resultado y no lo habrá, según aseguran, hasta que se cierre la asamblea andaluza. Entonces Convocatoria por Andalucía abordará el tema, aunque la propuesta mayoritaria es renunciar a una postura común como corriente y que cada uno vote en conciencia.

Pero los oficialistas de Diego Valderas pretenden forzar el debate en la asamblea andaluza y obligar a los críticos a tomar postura ya. Por eso, Valderas -quien, como el resto de su sector, no apoyó a Llamazares en 2000- ha incluido en su informe de gestión la defensa de Llamazares. El responsable de Política Institucional, Willy Meyer, lo explicó ayer con claridad: "Al votar el informe los delegados decidirán si ratifican la labor de Llamazares y la labor de Valderas". Es decir, dos en uno.

Pese a este último envite, los oficialistas dicen que quieren cerrar página de la crisis y empezar a hablar en "clave de sociedad". No va a ser fácil, pues las posturas parecen estar donde estaban. De hecho, Meyer acusó también ayer al sector que hasta hace unos días encabezó Concha Caballero (ahora liderado por Javier Aguilera) de funcionar como una oposición a Valderas desde el mismo día que fue elegido. En contraste, agregó, en el ámbito federal Frutos y Alcaraz colaboraron en seguida con Llamazares.

Desde el sector crítico se apostilla, por el contrario, que mientras el equipo de Llamazares nombró a Frutos coordinador de la presidencia federal y a Alcaraz portavoz en el Congreso, en Andalucía no hubo integración y se le negó la portavocía del Parlamento andaluz a Concha Caballero por el mero hecho de haber sido la candidata alternativa.

A la 14ª asamblea, que se inicia hoy en Matalascañas (Huelva) y finaliza mañana, acudirán 546 delegados, la mayoría de Sevilla (133), Córdoba (84) y Málaga (83).