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Reportaje:

Música, termitas y ratones

Los 750 alumnos del Conservatorio de Pamplona critican las condiciones "tercermundistas" en que estudian

Las termitas ya eran viejas conocidas, pero la reciente llegada de los ratones ha aumentado el número de espontáneos espectadores que asisten a los ensayos de los 750 estudiantes del Conservatorio Pablo Sarasate de Pamplona.

Las condiciones "tercermundistas" de un centro que desde 2002 tiene el carácter de grado superior han colmado la paciencia de estudiantes y profesores. Si hace dos años tuvieron que manifestarse en la calle para reclamar un reconocimiento digno de los estudios de música, ahora estaban a punto de hacerlo de nuevo. Tras sacar los colores al Gobierno de UPN, que prometió hace años un nuevo edificio, la Administración foral anuncia ahora un traslado eventual para evitar las penurias de los futuros músicos.

Los alumnos se quejan y no acaban: la humedad de las salas de ensayos, muchas de ellas en los sótanos, genera olores insoportables, las termitas carcomen los suelos, se escuchan los instrumentos de unas salas a otras, la habitación del control eléctrico se ha reconvertido en zona de ensayos por la falta de espacio, la biblioteca también ha debido transformarse en aula, no existen cabinas de ensayo cuando, según la ley, debería haber entre 20 y 25 sólo para el grado medio, las aulas se encuentran al 90% de su capacidad,...El edificio de la calle Aoiz de Pamplona, con medio siglo de vida, ya no sirve para atender la demanda de calidad que requieren los estudiantes. En 1997, ya había termitas. Hace dos años, la oposición forzó al Ejecutivo de Miguel Sanz a reconocer el grado superior de los estudios musicales, concretado en una ley aprobada en marzo de 2002. Ahora han sido de nuevo los alumnos quienes han puesto de relieve las deplorables condiciones que soportan en un centro que ha quedado colapsado.

"La ley se incumple. Queremos que actúen y se dejen de politiqueos", dice Iñigo Osés, estudiante de oboe y portavoz estudiantil, indignado tras conocer que UPN rebajará el próximo año de 26.000 a 10.000 euros la partida para orquesta y coros del centro, dejando el presupuesto total en 174.262 euros.

UPN ha prometido que alojará el Conservatorio en un antiguo colegio religioso en el centro de la ciudad y que las obras del nuevo centro en el barrio de Mendebaldea comenzarán en Semana Santa. Salud Bueno, directora del centro, acoge con satisfacción el anuncio, aunque el alumnado y muchos profesores mantienen su escepticismo mientras no vean con sus ojos que las promesas se cumplen.

Las penurias llegan al extremo narrado por la vitoriana Miriam Pérez, estudiante de piano en grado superior, quien carece de piano en que ensayar. Tras poner anuncios en la prensa, se vio obligada a pagar ella misma el alquiler de un instrumento para poder seguir estudiando.

"El problema es el escasísimo valor que se le da a la cultura", señalan los alumnos, "y, especialmente, el predominio del concepto de cultura rentable. Esa rentabilidad hay que medirla a largo plazo". El presupuesto navarro para 2004 ha incorporado una partida urgente de 300.000 euros para iniciar las obras del nuevo recinto.

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