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Entrevista:JOSÉ ORTEGA CANO | Torero

"Doy mejor vestido que desnudo"

Pregunta. ¿Esta retirada es, una vez más, de mosqueo?

Respuesta. No, para nada. Con toda la verdad por delante.

P. ¿Se va porque se encuentra hecho un carroza?

R. No, no, no. Me retiro en el mejor momento de mi carrera. No espero a que venga la decadencia.

P. ¿Qué le ha dicho a la coleta al despedirse?

R. Que siempre seré torero. Que, aunque me despido, ella me va a acompañar siempre.

P. ¿Pero se la corta?

R. No. Creo que me quitaría una parte de mi historia de torero.

P. ¿Qué echará de menos?

R. Pues echaré de menos esa maravilla que es tener a 14.000 o 15.000 personas pendientes de lo que tú hagas con un trapo. La profesión es muy fuerte

P. En Cartagena han nacido Federico Trillo, el portavoz del Papa, Navarro Valls, usted... ¿Cree que está tocada por los dioses?

R. Pues un poco tiene que haber, ¿no? Porque hay ahí dos ciudades enterradas, la de los fenicios y la de los cartagineses.

P. ¿Usted es del Opus, como esos paisanos, o es de estampita de menor militancia?

R. Yo no pertenezco al Opus, pero soy muy creyente y practicante.

P. ¿Qué sombras guarda del traje de luces?

R. Quizás las faenillas que me han podido hacer en el mundo del toreo. Las sombras de cornadas las voy luciendo como si fueran condecoraciones.

P. ¿Rocío ha sido su mejor faena o la mayor faena que le ha hecho la vida?

R. Ésa ha sido la mejor faena mía.

P. ¿Qué tiene usted que hacerle para que ella le grite: "¡Torero! ¡Torero!".

R. Tratarla con amor.

P. ¿Y cuando le canta: "Ámame otra vez con la misma fuerza que la primera vez", ¿usted qué hace?

R. Seguirle el consejo [risas].

P. Cuando le regaló al Papa el capote de paseo, ¿le dio también unas clasecillas?

R. Se lo di porque me había comentado Joaquín Navarro Valls que el Papa no había ido nunca a ver toros, lógicamente, pero que se había interesado por el espectáculo.

P. ¿Y usted ha usado mucho el rosario que, sin duda, debió de propinarle Su Santidad?

R. Lo tengo en la cabecera de la cama.

P. ¿Qué le toca Antonio David: la moral, las narices, otras posibilidades?

R. A mí no me toca nada, para nada. No me toca nada.

P. ¿Es usted mansito y reservón, como parece, o se pone bravo y entra al trapo?

R. Soy de casta. Y a veces utilizo más el corazón que la cabeza.

P. ¿Sus toros son como de su familia?

R. Sí, sí, sí. Tienes que tenerlos de esa manera; si no, no serías un buen ganadero. Yo los conozco a todos y a todas, a las vacas de vientre y a todos los hijos.

P. Doña Juana, 1984: "Si te vas, se va a perder un gran torero". ¿Madre no hay más que una?

R. Sí, y ésta es de pura casta. Fue ella la que me impulsó para seguir.

P. Si se retira ya no podrá torear desnudo, como quería. ¿Eso que se pierde el toro?

R. Doy mejor vestido que desnudo. Tengo 24 cornadas, y mi cuerpo muy rajado para exhibirlo.

P. Habló de las ideas del toro. ¿Qué cree que piensa el bicho de un tipo como usted?

R. Pues ¡"vaya torero que me ha tocado, tan bueno!". O "¡vaya tela! ¡Qué mala suerte he tenido!".

P. ¿Quién ha sido el torero más grande?

R. Para mí, Belmonte, que fue el que hizo que con las muñecas y la cintura se pudiera reducir la velocidad al animal y atemperarlo.

P. ¿No sería ideal que su niño toreara y la niña le diera al gorgorito?

R. Al niño le hicieron una prueba para los alevines del Real Madrid, y gustó mucho. Algo tienen de ángel los dos, como si hubieran salido del vientre de Rocío.

P. ¿Y ahora ya sólo toreará mientras duerme la siesta, como me contó su mujer que hacía?

R. Y cuando cruzo los semáforos, o aquí, en la casa, que de repente doy algún pase que otro.

P. Usted, dando capotazos o entrando a matar por el pasillo, y el servicio, alucinado.

R. Sí, sí. Me sale de pronto la venilla torera y tengo que dar un pase al aire.

P. ¿Fue muy brusco pasar de vivir en una familia normal a una casa de locos como ésta?

R. Yo también tenía antes una casa muy grande y llena de gente. Pero para esta convivencia me hice uno más del club de los locos. Me afilié.

P. ¿Cuál es su político español favorito?

R. Para mí, una persona que está haciéndolo muy bien es Juan Pablo II.

Ortega Cano, en su casa de La Moraleja, en Madrid, dando rienda suelta a un arte que no se puede aguantar.
Ortega Cano, en su casa de La Moraleja, en Madrid, dando rienda suelta a un arte que no se puede aguantar.LUIS MAGÁN

PERFIL

Con casi 50 años y dos hijos, cree que no se va a aburrir tras su abandono del morlaco, porque le quedan su ganadería y aficiones como el baile flamenco, al que se entrega por los rincones de casa, especialmente en su tablao de la planta baja. Nada, juega al tenis y le gusta andar. Es fan de numerosas vírgenes: "Soy", dice, "muy mariano".

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