La presidenta filipina restablece la pena de muerte tras una oleada de secuestros
La presidenta de Filipinas, Gloria Macapagal Arroyo, levantó ayer la moratoria sobre la pena capital impuesta por ella misma en octubre de 2002. La medida, adoptada de forma indefinida, fue tomada frente a la oleada de secuestros que sufre el país. Las ejecuciones podrían reiniciarse al comienzo de 2004, año en que se celebran elecciones presidenciales. La comunidad chino-filipina, muy poderosa económicamente y que en los últimos meses ha sido víctima de numerosos secuestros, ha exigido el restablecimiento de la pena capital para luchar contra la delincuencia.
"Por mucho que por principios morales sea contraria a quitar la vida de un ser humano de esta manera, un jefe de Estado debe ceder a un interés más alto, el de la población, cuando lo dictan circunstancias extraordinarias", dijo la presidenta. En el pasado, Macapagal Arroyo utilizó sus poderes para conmutar penas capitales dictadas por los tribunales. "El dolor de las víctimas de crímenes atroces se ha extendido por todos los estamentos de la sociedad y no puedo darles la espalda a los que gritan por una venganza justa en el marco de la ley", argumentó.
El millar de reos encarcelados en los corredores de la muerte de las prisiones filipinas serán los primeros afectados por la decisión.
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