El Málaga se mofa del Barça
Los azulgrana fueron sometidos de principio a fin por un rival infinitamente superior
El Barça se hundió en La Rosaleda de Málaga en su noche más terrorífica. El partido reunió todos los defectos posibles de un equipo que se ha roto justo en el peor momento, cuando está a tres días del clásico ante el Madrid. Cinco goles en contra espantan todos los demonios blancos. Ya está claro que sin Ronaldinho, este equipo es otro. Nada le funcionó: ni la delantera, ni un centro de campo que parece un barquito sobre una marea y ni siquiera la defensa, que echó terriblemente de menos al lesionado Puyol.
El disparate azulgrana fue tan inmenso que al Málaga, con un Salva enorme, le bastaron quince minutos para meterse el partido en el bolsillo. El delantero redondeó su gran actuación con un tercer gol, el que suponía su hat-trick, y hasta su sustituto, Diego Alonso, sólo necesitó un par de minutos para meter el cuarto. Canabal puso su guinda con el quinto, para demostrar que ayer todos los arietes podían meterle mano al Barça.
MÁLAGA 5 - BARCELONA 1
Málaga: Calatayud; Josemi (Gerardo, m. 70), Fernando Sanz, Litos, Valcarce; Edgard, Romero, Miguel Ángel, Duda (Canabal, m. 75); Insúa; y Salva (Diego Alonso, m. 72).
Barcelona: Víctor Valdés; Gabri, Mario, Cocu, Van Bronckhorst; Xavi, Motta (Gerard, m.45); Quaresma (Overmars, m. 67), Kluivert, Luis García (Luis Enrique, m. 46); y Saviola.
Goles: 1-0. M.9. Salva remata una asistencia de Duda. 2-0. M. 14. Duda centra y Salva cabecea. 3-0. M. 69. Gabri pierde el balón ante Insúa, quien asiste a Salva, que marca ante Valdés. 4-0. M. 73. Alonso remata un centro de Duda. 4-1. M. 78. Sanz, en propia puerta. 5-1. M. 86. Canabal gana la posición a Van Bronckhorst y marca.
Árbitro: Pérez Lasa. Amonestó a Gabri, Motta, Fernando Sanz, Valdés, Litos.
La Rosaleda. Unos 25.000 espectadores.
La contundente derrota, la más abultada de largo este año, supone un terrible golpe anímico con vistas al clásico. Pero no tiene la menor discusión: el Málaga desnudó cómo y cuándo quiso a los azulgrana, que hace apenas un mes parecían haber crecido como equipo y que se han desmoronado como un castillo de naipes desde que han perdido a Ronaldinho Cuesta ya creer que todo el andamio se soportara gracias al talento del brasileño. Mal organizado y mal puesto, el Barça fue un juguete en manos del Málaga, que le tumbó hasta cinco veces. Para peor ridículo, el gol del Barça lo logró Fernando Sanz, en propia puerta.
Quizá lo peor de todo es que los azulgrana enmudecieron desde el principio y no reaccionaron pese a que perdían por 2-0 a los quince minutos. Fue una absoluta tortura. El Málaga salió al campo como un torbellino y rompió la espalda del Barça con la misma facilidad con que se rasga un papel. La defensa, en la que jugó Mario por Puyol, quedó retratada en cuanto la pelota empezó a correr. Sus dos contragolpes fueron letales. El primer gol fue ni que pintado en una pizarra. Un contraataque perfecto nacido, para escarnio del Barça, tras un saque de esquina lanzado sobre la portería del Málaga. El balón llegó a Josemi, que se zafó de Van Bronkhorst, pasó a Duda que metió un centro perfecto para Salva, pichichi del Málaga. La Rosaleda se restregó los ojos al ver que su equipo se adelantaba tan pronto en el marcador sin saber aún el festival que se avecinaba. El portugués metió otro centro para que el ariete marcara el segundo.
El Barça sólo había perdido hasta ayer un partido fuera de casa, pero esa supuesta leyenda empezó a hacerse añicos. La remontada ya se veía casi imposible. Los azulgrana no suelen distinguirse por su capacidad de reacción: no saben darle la vuelta a un partido adverso.
El Barça casi ni se enteró. Fue un simulacro de equipo, de nuevo impotente, sin ideas e incapaz de bajar el balón al suelo y de superar la asfixiante presión del Málaga. Kluivert y Saviola se batieron inútilmente para superar por el centro la firme defensa blanquiazul, y Luis García y Quaresma intervinieron menos que nunca. Xavi, sin poder despegarse de su marcaje, nunca pudo tomarle el pulso al partido ni imponer el ritmo de juego. No le sirvió de nada porque los recursos ofensivos rozan el bajo cero. Calatayud, que jugó por el lesionado Arnau, se llevó el primer susto cuando tuvo una falta de entendimiento con el central Fernando Sanz. El resto fueron dos ensayos de chuts de Kluivert y Motta. La única ocasión azulgrana llegó al borde del descanso, cuando el medio centro lanzó una falta que el guardameta desvió con su manopla.
Rijkaard intentó corregir el desastre tras el descanso y retiró a Motta, perdido nuevamente ayer y que ya había sido amonestado por una dura falta sobre el ex azulgrana Miguel Ángel. No se fía el técnico del carácter del ítalo-brasileño, que siempre amenaza con dejar a su equipo con diez. Gerard acompañó a Xavi y Luis Enrique sustituyó al apagado Luis García. No sirvió de nada. El Barça avanzó sus líneas y sólo Saviola puso a prueba a Calatayud. Pero la defensa fue un coladero y dejó a los puntas del Málaga para que regalaran una noche histórica a La Rosaleda. Salva, Diego Alonso y Canabal llevaron al Barça a vivir la peor noche en años. Menudos días le esperan.
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