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Las empresas consolidan la recuperación con un crecimiento del 15% en su beneficio

El Banco de España destaca la atonía inversora como el rasgo más débil de la recuperación

"Buen año de beneficios empresariales". El director general del Banco de España, José Luis Malo de Molina, calificó de esta forma la marcha de las empresas no financieras españolas -recogidas en la Central de Balances- durante los nueve primeros meses del año, cuyos resultados ordinarios crecieron el 15,4%. Una mejoría que se acompaña de un aumento del 0,8% en el empleo y que encuentra en la industria su sector más débil. Pese a las buenas noticias, el supervisor bancario advierte sobre el aumento del endeudamiento empresarial y de los salarios, y ve con preocupación la débil actividad inversora en bienes de equipo.

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Las empresas españolas se recuperan y, además, siguen creando empleo, después de que a mediados de 2002 tocaran fondo en la crisis iniciada en 2000. El director general del Banco de España, José Luis Malo de Molina, expuso ayer la Central de Balances Trimestral correspondiente a los nuevos primeros meses del año, donde las 750 empresas no financieras que facilitaron información han logrado aumentar su resultado ordinario el 15,4%, el mejor desde 1998 y que casi triplica el crecimiento del 5,6% en el resultado ordinario durante idéntico periodo de 2002. "Con esta evolución, las empresas españolas conseguirán este año crecimientos del beneficio en línea con los mejores años del anterior ciclo expansivo", explicó ayer Malo de Molina.

Eso sí, es imposible establecer una comparación con el resultado neto (incorpora impuestos, provisiones, minusvalías y plusvalías extraordinarias), ya que durante 2002 las empresas redujeron su beneficio un 90%. La razón se encuentra en las elevadas provisiones por sus negocios en Latinoamérica, así como por inversiones fallidas como las relacionadas con la tecnología de telecomunicaciones UMTS.

La positiva evolución de los resultados en lo que va de año se explica en la reactivación de la actividad productiva. El valor añadido bruto (VAB) creció el 6,3% frente al 2,9% del mismo periodo del año anterior. El consumo interno, la inversión en construcción, los dividendos percibidos por las empresas con intereses en Latinoamérica y el inicio en la recuperación de la inversión en bienes de equipo han tirado de la actividad de las empresas, mientras que persiste el estancamiento de las ventas de las empresas españolas al exterior.

El sector industrial es el más perjudicado por la debilidad del sector exterior y su actividad creció el 1,6% (2,2% en igual periodo de 2002) durante los nueve primeros meses del año, aunque los dos últimos trimestres se ha vuelto a situar en tasas negativas. En el lado opuesto se sitúa el sector energético, cuyo VAB en 2003 ha crecido el 9,7%, especialmente por las compañías dedicadas al refino de petróleo.

Malo de Molina hizo hincapié en que el mayor dinamismo de las empresas y la inercia de revisión de cláusulas salariales "no deben interrumpir el escenario de moderación salarial, que ha tenido consecuencias muy positivas". Hasta septiembre de 2003, los gastos de personal de las empresas no financieras aumentaron el 5,1%. La evolución del empleo continuó registrando moderados aumentos del 0,8% en estos tres trimestres. Eso sí, el Banco de España espera que este porcentaje aumente con las cifras anuales, cuando ya se incorporan las pequeñas y medianas empresas al estudio que son las que más empleo generan.

El director general del Banco de España se refirió también a la productividad de las empresas. "El crecimiento de los últimos años se ha basado en el empleo, y este modelo ha sido muy útil. Sin embargo, en el futuro las empresas tienen que hacer compatible la generación de empleo con una mayor competitividad".

Falta inversión

En este sentido, mostró su preocupación por la inversión empresarial en bienes de equipo, que calificó de "retrasada, débil y llena de vacilaciones". Por ello, calificó a la "atonía inversora como el rasgo más débil del panorama empresarial español". Una inversión necesaria para la competitividad de la empresa española. Las causas de este mal obedecen, según el Banco de España, al incierto devenir de la economía internacional, que retrasa las decisiones empresariales. También se explica por la composición de la demanda de las empresas, muy centrada en la construcción y que exige de menores inversiones en bienes de equipo, y, por último, en la subida del endeudamiento empresarial.

Un crecimiento de las deudas de las empresas que para Malo de Molina no representa ningún peligro para la solidez de las empresas españolas ni para sus decisiones de gastos, aunque, "de mantenerse su tendencia creciente, sí podría ser un elemento inhibidor de la compra de activos. Mientras en Europa se aprecia un estancamiento en el endeudamiento de las empresas, en España sigue creciendo, aunque el ritmo de aumento se está moderando.

Aunque de forma más moderada, los gastos financieros de las empresas también se han reducido. En los nueve primeros mes del año han caído el 1,4% (el 5,6% en igual periodo de 2002). En este sentido, el Banco de España apunta a la caída de tipos como el factor clave de este ahorro de costes, aunque advierte que estamos en niveles mínimos históricos. Unos menores gastos que han quedado parcialmente absorbidos por el aumento del endeudamiento.

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