Sin principio ni final
El Barça juega en Málaga sin Ronaldinho y sin Puyol, al que puede sustituir Mario
Sin fin y sin principio. Tras dejar en el camino a Ronaldinho, el Barça ha perdido para hoy a Puyol, su baluarte defensivo. El Málaga pondrá a prueba en La Rosaleda a la zaga azulgrana que sufre la baja del central, que se repone de un esguince en el tobillo derecho. La baja de Puyol, el futbolista que, junto a Cocu, lleva más minutos en sus botas -lo ha jugado todo menos la vuelta ante el Panionios-, tiene al menos una contrapartida: asegura su presencia ante el Madrid al no arriesgarse a ver la quinta tarjeta que le hubiera eliminado del clásico. Pero su ausencia, por los balones que corta y por cómo manda e increpa a sus compañeros, deja al Barça desguarecido. Sobre todo porque necesita los puntos para no caer en la tabla y no desmoralizarse ante la inminente visita del Madrid.
"Puyol es un ejemplo de mentalidad, carácter y corazón para el club. Es importantísimo para nosotros", le alabó Frank Rijkaard, antes de viajar a Málaga. Con la delantera bajo sospecha y el centro del campo inestable, la defensa ha sido la línea más sólida del Barça. El holandés buscará hoy a un compañero para Cocu. El puesto se lo disputan Reiziger, otra vez titular ante el Valladolid, o Mario, que dio una buena impresión en su debut hace una semana ante el Panionios. Márquez, obligado a jugar de pivote, tiene menos opciones. Queda el interrogante de Gabri, pero los médicos confían en que esté recuperado de su gripe.
La Rosaleda no es la mejor parada antes de recibir al Madrid. El Málaga es un equipo incómodo y el Barça no le gana en su casa desde 2000. Hace un año, sin embargo, también con la defensa mermada, logró un 0-0. Pero el empate no basta: los azulgrana necesitan una victoria como el agua para convencerse, con el Madrid en el horizonte, de que pueden ganar sin Ronaldinho. De hecho, lo hicieron ante el Betis (2-1), el día en que el brasileño se rompió, pero las dos citas posteriores han abierto la herida: derrota en Villarreal (2-1) y un inquietante empate (0-0) ante el Valladolid. Rijkaard, con buenas dotes de psicólogo, se esforzó ayer en levantar la moral del vestuario, defendiendo especialmente a Kluivert y Saviola. "No puedo decir que no tengamos gol. Han marcado muchos jugadores (11). Lo hicimos bastante bien el domingo. Es una reacción demasiado negativa dudar de todo", dijo para rebatir la sensación de que el Barça ha truncado su progresión desde que el bíceps del brasileño se rasgó. Maestro de los equilibrios, Rijkaard recordó que el brasileño, pese a su talento, por si solo, tampoco garantiza la victoria. "No se puede decir que con él ya no vamos a perder nunca más. Es una carga demasiado grande para un jugador. Y, de hecho, con Ronaldinho ya hemos sufrido derrotas (Deportivo y Valencia)".
La ausencia de la estrella mediática no afecta, al menos fuera del campo, a la popularidad del Barça. El presidente, Joan Laporta, que viajó con la expedición, arrastró ayer en Málaga a más cámaras y firmó más autógrafos que todos jugadores juntos en el coloquio que ofreció en un hotel ante un centenar de apasionados aficionados. Con Ronaldinho en la enfermería, está claro quién es el rey.
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