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Tiroteos contra la prensa y periodistas holandeses dedicados a la investigación

De las amenazas a fiscales y editoras se ha pasado al disparo de balas o a su envío por correo

Isabel Ferrer

La revista de investigación más osada de Holanda, Quote, recibió la pasada semana un violento aviso para que no siguiera hurgando en los bajos fondos nacionales. Una veintena de tiros disparados con un fusil automático contra su fachada dejaron una señal clara de las intenciones de quienes no desean ver sus negocios aireados en la prensa. Las balas rozaron la cabeza del director y dueño de la editorial, que se ha distinguido por bucear en los orígenes de quienes encabezan las mayores fortunas de Holanda y la manera en que han amasado sus cuentas bancarias.

Dos de las balas atravesaron la ventana tras la que se sienta Jort Kelder, director de la publicación, a la altura de su cabeza. Según la policía, que busca a los autores del asalto, el pistolero en cuestión era un experto y dejó un mensaje claro. Quiso amedrentar al periodista y también al dueño de la editorial responsable de la publicación, Maarten van den Biggelaar.

Otro proyectil disparado contra el domicilio particular de éste penetró en el dormitorio de su hijo sin llegar a herirle. La acometida contra Quote ha animado a otros periodistas del ramo a reconocer que llevaban tiempo recibiendo amenazas.

Una situación en la que también se encuentran algunos de los fiscales anticorrupción de Holanda. El más notorio de ellos es Koos Plooy, encargado de dirigir la acusación contra Volkert van der Graaf, el asesino confeso del líder ultraderechista Pim Fortuyn.

De aparición mensual, Quote publica todos los años una lista de los 500 holandeses más ricos de los Países Bajos. Dicha relación suele ir acompañada de un análisis sobre la forma en que han hecho su dinero, o bien las amistades que frecuentan.

Uno de los casos más conocidos es el de Willem Endstra, empresario del sector inmobiliario, relacionado el pasado año con Willem Holleeder, autor del secuestro de Freddy Heineken, antiguo patrón de la famosa compañía cervecera.

En el número de diciembre aparece un largo artículo sobre las andanzas de los hermanos George y Harold Skene, de Amsterdam, propietarios de Teleholding, un servicio de sexo por teléfono que les reporta grandes beneficios. Un antiguo gerente de la compañía fue entrevistado por Quote y sacó a relucir la colaboración de los hermanos con un sujeto que resultó ser traficante de drogas.

El trío habría compartido, junto con una cuarta persona, la regencia de un conocido café de la capital holandesa en los años noventa. Antes incluso de la publicación del artículo, el gerente en cuestión interpuso una demanda por intimidación. "Asegúrate de que lo de Quote no sale o acabarás hecho picadillo", afirma que le dijo el cuarto implicado en el asunto de la cafetería, Arnold Michel. Este último niega haberse dicho algo así.

La prometida real

Los responsables de Quote prefieren no hacer comentarios sobre los posibles autores materiales del tiroteo contra su sede. Se limitan a remitirse a sus reportajes y a los nombres allí citados.

Para la policía no es éste el único caso de amenazas a la prensa de sucesos sin resolver. Peter R. de Vries, un periodista muy conocido por sus programas televisivos contra el crimen, es uno de los profesionales que han necesitado protección a domicilio. Paradójicamente, una de sus últimas investigaciones ha provocado casi una crisis institucional, pero sin violencia. Destapó la estrecha relación que unió hace años a Mabel Wisse-Smit, prometida del príncipe Johan Friso de Holanda, con Klaas Bruinsma, el delincuente más famoso del país, abatido a tiros.

El segundo hijo de la reina Beatriz tuvo que renunciar a los derechos sucesorios para poder casarse con su novia. El caso de los fiscales, y en especial el de Koos Plooy, ha venido a sumarse al aumento del acoso del crimen organizado hacia sus perseguidores y que, según los comentaristas nacionales, el propio Estado habría subestimado. Plooy ha recibido cartas con balas dentro y se desbarató un atentado contra él. Otro de sus colegas y un policía se libraron de correr una suerte similar hace pocos días.

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