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Reportaje:

La Puebla revive con la madera

Encerrada entre los puertos de La Puebla (1.700 metros), La Tornera (1.800 metros) y Peñalacabra (1.838 metros), Puebla de la Sierra es, sobre todo, un remanso de paz, y bien podría servir como refugio para eruditos de la pluma y el pincel. Sin embargo, como otros pueblos de la sierra norte, destinados al turismo rural, La Puebla corre el riesgo de desaparecer por falta de población.

En 1997, el Ayuntamiento hizo una oferta: entregaría 100.000 de las antiguas pesetas a todas las parejas que tuvieran un hijo y lo empadronaran en el pueblo. El gancho era la construcción de un aserradero y buscar mano de obra para cortar, tratar y vender la madera que necesitara el parque de ocio de la Warner, cuya construcción ya proyectaba la Comunidad. Aquel proyecto no fructificó, pero seis años más tarde La Puebla tiene su Planta de Tratamiento Integral de Madera, como gusta de llamarlo su alcalde, el independiente Aurelio Bravo. "No fue fácil, la Comunidad nos negó los permisos aquel año y tuvimos que modificar el uso del suelo donde se construiría la planta. Sólo así fue aprobado". El proyecto ha contado con una inversión de 2,4 millones de euros financiados entre la UE, la Comunidad de Madrid y la Mancomunidad de la Sierra del Rincón.

La apertura de una serrería atrae mano de obra a este municipio despoblado y evita su desaparición

La serrería, que echó a andar este verano, ocupa una nave de 1.600 metros cuadrados, en la que se apilan listones, tablones y troncos de madera; el suelo está sembrado de serrín y virutas, junto a una maquinaria controlada por ordenador, "como una nave espacial", matiza el alcalde, no sin cierta sorna. Ahora se trabaja al 25% de su producción anual, estimada en unos 2.000 metros estéreos al año. El regidor explica que un metro estéreo "equivale a un metro cúbico de troncos de madera incluyendo los huecos entre los troncos".

En esta planta se fabricarán desde palillos de dientes hasta parques infantiles de madera tratada contra las inclemencias del tiempo. Con las virutas y el serrín se construirá aglomerado. "Todo es aprovechable", matiza el alcalde.

De momento, sólo trabajan cinco personas, pero ya se está especializando a 14 operarios más en una escuela taller creada a propósito. "Y todo sin cortar una astilla de nuestros árboles", se jacta Bravo. "Compraremos la madera de las talas de clareo y podas que ejecuta la Comunidad acudiendo a las subastas que se organizan". La explotación del aserradero corre a cargo de una empresa pública: Forestal El Rincón, participada en un 55% por la Mancomunidad de la Sierra del Rincón y el 45% restante por la empresa privada INFYE, "especialistas en tratar y comercializar la madera", explica el alcalde.

Desde que la planta ha llegado al municipio, los vecinos han pasado de 87 a 120 y hace unos días nació la primera niña en mucho tiempo. Aun así, Bravo explica que la calidad de vida de sus vecinos "está por encima de todo" y que el vecindario de La Puebla no pasará de 350 almas.

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