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El Festival de Sitges exhibe un lujoso filme de animación español que revisa las hazañas de El Cid

En medio del fragor del dolby puesto a todo volumen, los descuartizamientos y la sangre derramada, constantes todas ellas del sesgo que ha tomado este año la programación del Festival de Cine de Sitges, hubo ayer ocasión de poder ver al menos algo que escapa por completo de estas escatologías. Se trata de El Cid, la leyenda, un costoso filme de animación dirigido por José Pozo, que toma astutamente algunos de los signos de identidad de la factoría Disney, pero también propone su propia dramaturgia y una propuesta de personajes discutible y arriesgada.

Tuvo detalles estimables Una de zombies, primera película del zaragozano Miguel Ángel Lamata, una gamberrada llena de retruécanos pero también de gratuidades gamberras. En cambio, la nueva versión de La matanza de Tejas, el más influyente filme de terror de los setenta, ahora dirigida por Marcus Nispel, sólo sirve para plantearse la terrible pregunta: ¿para qué demonios la han hecho?

No ocultaba ayer su entusiasmo el productor Julio Fernández cuando le tocó el turno, en rueda de prensa posterior al pase de El Cid, de defender a su criatura. Y alguna razón tenía. Propuesta hecha hasta en 14 países, en la que trabajaron unos 800 profesionales y equipos de técnicos y dibujantes que jamás se vieron entre sí -ni al director-, gracias a las ventajas de la tecnología y de Internet, y a partir de una propuesta nacida en la división de animación de Filmax, la película de José Pozo, que Fernández definió como "un antes y un después" en la animación hispana, supone un esfuerzo profesional incontestable, a pesar de que su coste, unos ocho millones de euros, incluida la campaña de lanzamiento, está a años luz de los modelos con que competirá en el mercado internacional, los productos de Disney y de Dreamworks.

Tiene la película una clave a la que agarrarse para mostrarse como lo que en el fondo es, una pura trama de aventuras en nada tributaria de la historia real del de Vivar: el subtítulo La leyenda le permite sortear incómodos escollos, como la muerte del Cid o la explicación de las engorrosas intrigas en la corte de Castilla. Ágil peripecia de buenos y malos, de galantes guerreros y marchosas doncellas, pero en la que también tienen su lugar, corrección política manda, unos musulmanes más buenos que el pan y víctimas de un malo tan malo, Yussuf, que es incluso el tirano de los suyos, la película propone unas criaturas dibujadas con trazos voluntariamente desproporcionados. Las voces de Carlos Latre, Natalia Verbeke, Manel Fuentes, Loles León, Sancho Gracia o Miguel Ángel Rodríguez, El Sevilla, dan fuste a una película que se estrenará en Navidad.

Nada de tradicional tiene Una de zombies, que usa ganchos de probada eficacia, como la marca de la factoría Segura. La presencia del propio Santiago Segura en uno de los papeles estrella; cameos de innumerables personajes populares, de Marianico el Corto a Florentino Fernández o Pepe Navarro, y un espíritu burlón e incendiario, la convierten en "una de Sitges".

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