"El futuro para librarse del 'tapón' es la moto"

"El futuro para librarse del tapón es la moto", sentencia Javier Abadía, de 42 años, vigilante de seguridad y habitual del atasco de la carretera de Burgos (N-I). A las ocho de la mañana hace mucho frío como para hacer 28 kilómetros en moto, así que Javier opta cada día por meterse en el cuello de botella de la N-I con su Renault Laguna recién estrenado y con calefacción.

Javier trabaja como guardia de seguridad de noche en la urbanización de lujo Santo Domingo, situada en el kilómetro 28 de la N-I. A las 8.00, cuando todo el mundo entra a trabajar, él termina. A eso de las ocho y cuarto se despide de sus compañeros, coge el abrigo, las llaves del coche y se echa a la carretera.

En el retrovisor del coche, una tira con la bandera del Real Madrid. Cerca, un ambientador. Durante el trayecto, Javier enumera las numerosas quejas que tiene sobre la carretera de Burgos: iluminación escasa -"no se ve nada"-, escasez de carriles de entrada a Madrid, demasiados camiones... "La carretera de Burgos se ha quedado pequeña", saca como conclusión. Y añade: "Los peores días en esta carretera son el viernes y el domingo. Desde Alcobendas hasta el enlace con la M-30, te mueres de asco".

Antes de llegar a ese punto hay tráfico lento desde el kilómetro 27 hasta el 23 (la incorporación de Algete) y en el kilómetro 17, en el desvío a San Sebastián de los Reyes y Alcobendas. Cinco kilómetros más allá, las luces del nuevo centro de El Corte Inglés en Sanchinarro iluminan la zona. "Ya verás cuando Sanchinarro empiece a funcionar como barrio... el atasco que se va a montar va a ser la leche", augura Javier.

Llegada a la plaza de Castilla a las 8.45 y fin del recorrido. La cosa no ha ido demasiado mal: 28 kilómetros en media hora. Javier para el coche porque tiene que hacer unas gestiones. Luego seguirá su recorrido hasta su casa, en Leganés. Pero ése ya es otro atasco.