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Rajoy promete fortalecer el vínculo con EE UU para luchar contra el terrorismo

El discurso sobre política exterior del candidato se identifica absolutamente con el de Aznar

La visión de "España en el mundo" que anoche detalló Mariano Rajoy como avance de su política internacional si gana las elecciones en marzo no se separa ni un ápice de la del presidente del Gobierno, José María Aznar. Primero y antes que nada, el terrorismo. El terrorismo justifica la guerra de Irak y es su argumento para prometer un "fortalecimiento" del vínculo con EE UU. Y justifica también la reforma de la ONU, para que se cumplan de verdad sus resoluciones. Segundo, el crecimiento económico. Según Rajoy, sólo los "laberintos" nacionalistas que amenazan con una "secesión" ponen en riesgo que España logre la plena convergencia con la renta europea.

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El arranque de la conferencia que Mariano Rajoy pronunció anoche en la Casa de América define cómo interpreta la historian que siguió a la caída del Muro de Berlín. "Entre sorprendidos y aliviados, fuimos testigos de la súbita derrota de lo que se había venido en llamar el socialismo real". Aquello fue una "pesadilla totalitaria" superada, "con ilusión", con "el triunfo de la democracia y las libertades". Ahora hay "nuevas amenazas", que Rajoy detalló en total concordancia con el Gobierno: "El terrorismo, la proliferación de armas de destrucción masiva, los Estados fallidos y el crimen organizado".

- Terrorismo. Primero hizo una declaración de principios: "La lucha contra el terrorismo es mi primera prioridad personal en la vida pública". Después, una advertencia: "Nuestro objetivo es que ningún terrorista pueda escabullirse del brazo de la Justicia en ningún rincón de Europa". Y, finalmente, defendió la guerra de Irak: "Apoyamos las intervenciones en Afganistán e Irak". Justificó ambas intervenciones como respuesta a los atentados del 11 de septiembre. "El Gobierno español, tras el 11 de septiembre, supo cómo actuar ante un aliado agredido salvajemente por el terrorismo". Pero matizó: "Quiero que la sociedad española tenga presente que el sentimiento de paz que se expresó hace unos meses en las calles de nuestro país mereció todo nuestro respeto y comprensión".

- Reformar la ONU. Rajoy, como Aznar, mantiene que la "importante misión" de España en Irak está "reconocida por las resoluciones 1.483 y 1.511" del Consejo de Seguridad de la ONU, y ayuda "a los iraquíes a que se labren un futuro mejor". Pero ahí defendió que la ONU, como garante de esa "legalidad internacional", sea reformada. "Está en interés de todos que los ideales de Naciones Unidas se hagan más realidad que en el pasado, y que sus resoluciones se cumplan". Aznar siempre defendió la intervención en Irak con el argumento de que el régimen de Sadam Husein incumplía todas las resoluciones de la ONU, incluida la 1.441, entendida como un ultimátum. Y como vicepresidente primero de su Gobierno, Rajoy defendió en primavera la reforma de la ONU si ésta no quería convertirse, como amenazó George W. Bush, en "irrelevante".

- Convergencia europea. Rajoy ve a España como "un país plenamente integrado en la UE y comprometido con su futuro". Ya ha alcanzado "el 86% de la renta media de la Unión" y su objetivo, "antes de que esta década termine", es lograr "la convergencia plena tanto en renta como en empleo". Esto es perfectamente posible aunque España pierda parte de las ayudas europeas como consecuencia de la "solidaridad con los nuevos Estados miembros". En todo caso, se comprometió a luchar porque "la adaptación a la nueva situación sea gradual"; es decir, que Bruselas no quite a España de un plumazo los fondos estructurales.

- Laberintos y secesión. El único riesgo que Rajoy ve para alcanzar esa "convergencia en renta y empleo con la UE" son los "laberintos identitarios". Ése fue uno de los tres eufemismos que usó para referirse al plan Ibarretxe. Otro fue "convertir identidades en muros de exclusión", y un tercero mantener "planteamientos irresponsables de secesión". Es decir, no mencionó expresamente el plan, para que su argumento sirva ante otras apuestas independentistas. Cualquiera pondría en riesgo la prosperidad al "apartar energías de la meta de progreso". Lo planteó como un dilema: "Hay que escoger entre quedarse en la estación desenganchando los vagones o subirnos todos al tren y ganar juntos la convergencia total con Europa".

- Niza y Ecofin. El candidato también se alineó milimétricamente con Aznar en dos cuestiones europeas de candente actualidad: la negociación del reparto de poder en la UE, ahora en discusión, que quedará consagrado en la Constitución Europea y la suspensión del Pacto de Estabilidad para no castigar los "déficits excesivos" de Francia y Alemania. "Comparto el deseo del Gobierno de que el nuevo Tratado respete los equilibrios firmados y ratificados por los 25 Estados miembros". Es decir, pidió que se respete el reparto de poder de Niza.

Y dijo estar "gravemente preocupado" por la decisión tomada por el Ecofin el pasado martes. "Porque el Pacto de Estabilidad hay que entenderlo como un elemento básico de la 'constitución económica' de la Unión. Incumplir el Pacto perjudica la credibilidad de la economía europea, que no puede funcionar adecuadamente sin un conjunto de reglas sólidas que proporcionen confianza".

- Vínculo transatlántico. Pero más allá de la actualidad, Rajoy hizo una defensa sin fisuras del vínculo trasatlántico de Europa con EE UU para "reforzar la lucha contra el terrorismo y las armas de destrucción masiva". Mantuvo que la relación trasatlántica debe ser "uno de los elementos básicos de la política exterior de la Unión", y prometió que España seguirá trabajando en ello. "Los EE UU son un elemento indispensable para garantizar la seguridad europea y, en última instancia, un orden internacional que respete los valores e intereses comunes que nos definen". Entre esos valores e intereses comunes destacó la democracia, la seguridad y la lucha contra el terrorismo. Y, para España, los 40 millones de hispanos que viven en EE UU.

Le escucharon, junto a una nutrida representación de ministros y secretarios de Estado encabezados por el vicepresidente Javier Arenas, la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre; Francico González, presidente del BBVA; Florentino Pérez, de ACS; Rafael del Pino, de Ferrovial; Antonio Bufrau, de Gas Natural, y Manuel Pizarro, de Endesa, entre otros empresarios.

El secretario general del PP, Mariano Rajoy, durante su intervención ayer en la Casa de América, en Madrid.
El secretario general del PP, Mariano Rajoy, durante su intervención ayer en la Casa de América, en Madrid.BERNARDO PÉREZ

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