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COPA DEL AMÉRICA

El Balcón al Mar zarpa con la Copa

La celebración de las regatas impulsa el proyecto de la dársena interior del Puerto

Sara Velert

La candidatura de Valencia a albergar la Copa del América ha dado un impulso decisivo a uno de los proyectos más queridos de Rita Barberá, el Balcón al Mar, un plan para convertir la dársena interior del Puerto en un lugar de ocio que ahora deberá adaptarse a las condiciones de la empresa que ha asignado la sede, America's Cup Management (ACM). El centro neurálgico de la Copa deberá ofrecer sedes para los sindicatos participantes y los patrocinadores, centros de reunión, ocio y servicios de restauración, un club social, amarres, y un gran centro de prensa... Valencia Convention Bureau, que ha llevado las negociaciones con ACM, añade un centro para voluntarios y bautiza el área de servicios para los regatistas America's Cup Village.

El proyecto se planteó en 1997 y ha estado supeditado a las obras en el puerto
Los organizadores esperan que el evento impulse el AVE y el Parque Central
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El plan original se lanzó en 1997 con la firma de un convenio para la cesión a la ciudad de la dársena interior del Puerto de Valencia, pero se supeditó a la realización de diversas infraestructuras portuarias, entre ellas el acceso norte y una solución para el tráfico ferroviario, proyectos cuya ejecución se ha retrasado años hasta que recientemente se produjo la cesión de los antiguos tinglados. La Copa acelera el proyecto, pero también complica las obras pendientes porque el Puerto abrirá un canal antes no previsto para situar a los barcos de la competición a sólo 15 minutos del campo de regatas.

El diseño inicial del arquitecto José María Tomás, que ganó el concurso de ideas, preveía actuaciones sobre 410.000 metros cuadrados, con la ubicación en los antiguos tinglados de tiendas, restaurantes, un complejo comercial, restaurantes temáticos, una escuela de vela, la lonja de pescadores, entre otros edificios, y un aparcamiento subterráneo. Además, en una de sus áreas, de casi 82.000 metros cuadrados, dibuja instalaciones recreativas y comerciales, piscinas de agua salada, pista de hielo y una torre mirador de 125 metros con restaurante, una zona que deberá retocarse sobre los planos al abrirse el nuevo canal del Puerto, "que se come la mitad de uno de los edificios". El teniente de alcalde de Valencia, Alfonso Grau, explicó ayer que el borde de la dársena deberá ganarle al mar "unos 30 metros" para que las embarcaciones puedan ser sacadas del agua, y el proyecto subrayará su faceta "náutico y deportiva". Las bases de los equipos se situarán principalmente en los antiguos tinglados en estructuras que tras la Copa se retirarán para abrir paso a usos "cívicos, culturales y de ocio".

La alcaldesa, Rita Barberá, cifró ayer en 500 millones de euros la inversión en las obras del Puerto y la dársena, y en la ampliación de la pista de aterrizaje del aeropuerto de Manises "en medio kilómetro".

En la zona se construirá también un complejo de piscinas olímpicas por valor de 24 millones de euros, y se impulsará el desarrollo urbanístico del suelo en el que se encuentra la antigua estación de El Grao, cerca de medio millón de metros cuadrados en los que Alfonso Grau prevé edificaciones de cierto nivel, "acordes" con la revalorización que experimentará la fachada marítima de Valencia.

Las exigencias de ACM obligan a retocar el Balcón al Mar, pero también los planes de ampliación y del acceso norte del Puerto de Valencia, cuyo trazado se convirtió en definitivo el verano pasado tras años de espera y debate. El Puerto se ha comprometido a abrir para la Copa un canal de 800 metros de longitud y 80 de ancho para dar salida a los barcos de la competición, lo que modifica la entrada a la zona comercial del puerto de los vehículos que lleguen por el túnel del acceso norte. El plan tiene que ajustarse para que los camiones atraviesen el nuevo canal.

En el entorno de la fachada marítima, es previsible también que Barberá dé un empujón a la criticada apertura de la avenida de Blasco Ibáñez hacia el mar por el barrio de El Cabanyal, favorecida por la reciente modificación por parte del Consell de la Ley de Patrimonio, aunque el asunto continúa abierto en los tribunales. La oposición considera, mientras, que los beneficios de la Copa deben alcanzar a los barrios de la zona como Natzaret y las playas del sur de la ciudad. Ya hay planes de mejora en Pinedo.

La Consejería de Obras Públicas, con el objetivo de mejorar la conexión con el centro de la ciudad, deberá dar solución a la prolongación de la línea 5, que llegará al aeropuerto de Manises, por un lado, y a la fachada marítima por el otro. Las obras en túnel hasta la dársena son muy costosas y entrañan dificultades técnicas importantes, mientras que los vecinos rechazan el metro en superficie. La prolongación de la línea 4 del tranvía es otra opción, pero obliga al trasbordo en Jardín de Ayora para llegar al centro de la ciudad.

La página web de Convention Bureau para la Copa del América, siempre positiva, da el año 2006 como fecha de finalización de las obras del metro al aeropuerto y al mar. En el caso del AVE aún es más optimista, ya que indica que la Estación del Norte será "adaptada en breve" para acoger al AVE. Barberá espera que se adelante a 2007 la construcción de la línea Madrid-Valencia, empeño difícil. La llegada del AVE supone el desarrollo del plan del Parque Central, el soterramiento de la gran playa de vías en el centro, una nueva estación y el desarrollo urbanístico de la zona. El proyecto está presupuestado en 804 millones de euros, y el pasado fin de semana el Ministerio de Fomento sacó a licitación el contrato de consultoría, con un plazo de 18 meses, para la redacción del proyecto de la nueva estación central. El Ayuntamiento sí adelanta su parte del trabajo, ya que Alfonso Grau prevé sacar a exposición pública el plan de desarrollo urbanístico del Parque Central en primavera.

Apoyo vigilante de la oposición

La oposición al PP en el Ayuntamiento de Valencia apoya la organización de la Copa del América de 2007 en la ciudad, pero también espera ver cumplidas ciertas condiciones. Tras quedar Mallorca apartada del proceso de selección el pasado septiembre, la alcaldesa, Rita Barberá, presentó al pleno municipal una moción de apoyo a la candidatura que anunciaba la creación del consorcio de las administraciones municipal, autonómica y central que deberá responder a las exigencias del contrato que ahora firmará con la empresa ACM, que tiene los derechos de la competición. El grupo socialista, con el portavoz, Rafael Rubio, a la cabeza, firmó la moción, dio su "apoyo incondicional" a la candidatura, y arrancó a Barberá la promesa de que integraría a la oposición en el consorcio. El portavoz de Esquerra Unida (EU), Antonio Montalbán, se abstuvo y expresó su "malestar" por haber sido excluido de toda conversación sobre la Copa.

Los estatutos del consorcio fijan las aportaciones del Gobierno central, con un 40%, la Generalitat, otro 40%, y el Ayuntamiento, con el 20% restante, en un máximo de 90 millones de euros. "Espero que se cree una comisión para que estemos informados y que el consorcio tenga una visión más allá de la competición y se aproveche para actuar sobre toda la fachada marítima, no sólo la dársena interior del Puerto, sino también el barrio de Natzaret, la Malva-rosa, las playas del sur...", dice Rubio, quien confía en que se convierta "en un proyecto de toda la ciudad", con un Balcón al Mar "abierto, no sólo centro de una élite". Rubio propone, además, "una buena actuación en el tramo final del nuevo cauce para incardinar el Jardín del Turia en la fachada marítima".

Montalbán opina que la Copa "debe servir para dar un impulso a las infraestructuras pendientes y prometidas hace años". "Un evento de esta envergadura debe aprovecharse para mejorar la calidad de vida de la inmensa mayoría de los valencianos, y no sólo para satisfacer las apetencias de los regatistas o para que la hostelería haga su agosto". Por ello, EU expresa su "temor y prevención" de que las inversiones se vuelquen en la competición y queden de lado "equipamientos y servicios que deben ser prioritarios".

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Sobre la firma

Sara Velert
Redactora de Internacional. Trabaja en EL PAÍS desde 1993, donde ha pasado también por la sección de Última Hora y ha cubierto en Valencia la información municipal, de medio ambiente y tribunales. Es licenciada en Geografía e Historia y Máster de Periodismo UAM-EL PAÍS, de cuya escuela ha sido profesora de redacción.

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