El plato frío de la venganza /2
Para los observadores, la presidenta de la Comunidad no quiso que hablara. Él dice que no quiso hablar y ella no le dejó para que no le interpretaran mal, y evidentemente lo ha logrado. Esperanza Aguirre ha conseguido su propósito y nadie podrá malinterpretar a Ruiz-Gallardón por lo que dijo, pero no ha podido evitar que se interpreten sus emociones. Aguirre se tuvo que saltar dos veces el protocolo para contentar a Mariano Rajoy e impedir que su predecesor le quitara protagonismo, lo que no ha impedido que su actitud haya sido interpretada como un gesto hostil hacia su compañero de partido y no así las palabras de cortesía que éste tendría preparadas y que no pudo pronunciar.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.