La Copa del América desvela su misterio

La American Cup Management (ACM) pondrá fin hoy a las conjeturas. La compañía que representa los intereses del barco suizo Alinghi, campeón de la Copa del América, revelará en Ginebra la sede de la próxima edición, la de 2007, de la legendaria regata, cumbre deportiva y económica de la vela -en Auckland (Nueva Zelanda), este año, dejó unos beneficios de más de 600 millones de euros-. Valencia y Lisboa, frente a Marsella y Nápoles, son favoritas para acoger la prueba, en aguas europeas por primera vez desde 1851.

El hermetismo sobre las negociaciones mantenidas por la ACM con las candidatas ha alimentado la incertidumbre. La elección depende sólo de sus criterios. No está sujeta a ninguna votación. "Va a ser Valencia", tituló hace unos días el diario suizo Le Matin. Sin embargo, en una encuesta del también helvético Tribune de Genève, el 90,26% de los participantes se decantó por la capital portuguesa.

- Valencia. La gran revelación. En principio, ni siquiera aparecía en los pronósticos. Era simplemente una de las más de 60 ciudades europeas que presentaron su candidatura. El periódico L'Equipe, en un amplio reportaje en marzo sobre las aspirantes, ni la mencionaba, pero sí citaba, en cambio, a Palma, Barcelona, Cádiz y Sanxenxo (Pontevedra). No obstante, fue pasando los cortes.

A su favor juega el régimen de vientos que predomina en la zona, idóneo para la navegación, según los expertos; las características de su puerto, que facilitaría el rápido acceso de las embarcaciones al campo de regatas; la proyección turística de la urbe; el compromiso de todos los poderes públicos -la inversión económica no se ha dado a conocer-, y la bonanza de las temperaturas.

Según ha trascendido en medios de su círculo, al dueño del Alinghi, el multimillonario suizo de origen italiano Ernesto Bertarelli le habría seducido el proyecto en derredor del puerto; es decir, el llamado Balcón al Mar, que consiste en convertir parte de su área industrial en turística.

Los puntos débiles valencianos son su nula experiencia en grandes acontecimientos deportivos, las pocas conexiones de su aeropuerto con Suiza y el retraso de las obras del AVE.

- Lisboa-Cascais. La única aspirante del Atlántico. Es la candidatura que más tiempo lleva trabajando: desde 2001, cuando intuyó el enorme potencial que tenía el Alinghi y, por tanto, la ocasión histórica que se le presentaría a Europa si ganaba, como así fue, en Auckland. Casi todo va en su apoyo: el atractivo entorno de su puerto, su carácter turístico, el excelente campo de regatas... Además, pasa por ser una de las ciudades más seguras y menos caras de Europa. Portugal, que acogerá en 2004 la fase final de la Eurocopa de fútbol, circunstancia que también le beneficia, invertirá 200 millones en infraestructuras. La única mancha de su expediente fue la protesta de las cofradías de pescadores, a las que el Gobierno pretendía desalojar para construir una base de operaciones. Las negociaciones fueron bien.

- Nápoles. Cometió el error de descolgar en su página web el cuestionario de más de 80 preguntas que la ACM remitió a todas las aspirantes para que lo rellenaran. Sus opciones disminuyeron entonces de forma notable. Atenta a cualquier detalle, la ACM reprobó la iniciativa italiana, que rompió la discreción que se exigía. "Nápoles es bellísima, pero no vencerá", publicó el diario suizo Le Temps.

Otros de los inconvenientes napolitanos es la alta tasa de desempleo. "Su situación social no es la idónea", escribió en Tribune de Genève la periodista suiza Isabelle Musy, quien elaboró un amplio reportaje tras visitar las cuatro finalistas. Las actividades de la mafia, las manifestaciones antiglobalización en 2001 y el intenso tráfico de sus calles tampoco vienen bien.

Pero para llegar a convertirse en una sólida aspirante Nápoles presentó un proyecto consistente en descontaminar la antigua zona industrial de Bagnoli, unas 200 hectáreas junto al mar. Las autoridades estiman que el proceso de saneamiento duraría dos años. Hay voces que discuten ese plan, como los ecologistas: "En vez de convertir Bagnoli en un parque natural y cultural, van a crear una reserva para una élite".

Rocco Papa, subalcalde de la ciudad italiana y uno de los principales impulsores de la candidura, esgrime sus argumentos: "Nápoles tiene el golfo más bello del mundo y los vientos son parecidos a los que soplan en Auckland [escenario de las dos últimas ediciones]". Nápoles prevé unos beneficios de mil millones y la creación de 15.000 empleos en caso de albergar la prueba.

- Marsella. "Llegar hasta aquí ya ha sido una victoria", ha dicho el alcalde, Jean-Claude Gaudi. Respaldada por el Estado, que aportaría 40 de los 236 millones que costarían las obras de acondicionamiento del puerto, la opción francesa ha basado su cohesión en el compromiso de las autoridades municipales, los empresarios y los personajes más ilustres, entre ellos el futbolista Zinedine Zidane. Hasta 180.000 cartas de respaldo recibió el proyecto. La campaña mediática ha sido tremenda, con vallas por toda la ciudad, carteles, anuncios en la televisión, cuñas de radio...

Su principal baza es la cercanía con su vecina Suiza. Y, puestos a echar toda la carne en el asador, las instituciones locales se comprometieron a dar a Bertarelli un trato de favor para que estudiara posibles inversiones en torno al puerto.