"No es justo que se dude tanto de mí"
Es su primera final de la Copa Davis. Por diversos motivos, se quedó fuera del equipo que, a costa precisamente del australiano, ganó la ensaladera en Barcelona en 2000. Desde entonces esta competición se convirtió en su objetivo prioritario. Cuestionado unas veces, resolutivo muchas otras, Carlos Moyà, mallorquín de 27 años, quiere agregar este título a su palmarés.
Pregunta. Es su primera final de la Copa Davis. ¿Qué le sugiere eso?
Respuesta. Para mí, es un honor. No estuve en la que se ganó en 2000. El camino no ha sido fácil. Estar en Melbourne me resulta increíble. Era una de mis metas para este año. Nos ha tocado lo peor posible: Australia y sobre la hierba. Pero vamos a darlo todo. No renunciamos a nada.
"Ni cuando gané Roland Garros o fui el 'número uno' tuve las sensaciones que tengo en este torneo"
"Hewitt ha tenido un año bastante malo para su nivel y puede acusar la falta de competición"
"He conseguido algo muy difícil: atravesar una lesión grave y volver a ser el de antes"
P. ¿Le asaltan sentimientos especiales?
R. Sí. La Copa Davis es una competición especial. Es la más importante por países. Y defender al país de uno es algo muy distinto.
P. ¿Le compensa esto el no haber estado en la victoria anterior?
R. Me habría encantado estar en ella. Pero no pudo ser. No sé si compensa o no, pero es una gran ilusión y una gran alegría. Es una de las cosas con las que sueña cualquier tenista.
P. ¿Fue un golpe muy duro quedar excluido hace tres años?
R. Sí. Lo cierto es que no salté del equipo, sino que no estuve en él en ningún momento. Pero había puesto mucha ilusión y ganas en ello. No pudo ser. Al final, sin embargo, aquello fue un acicate para entrenarme más y volver a ser el que era.
P. Pasó por un trago similar al que ahora afronta Albert Costa. ¿Puede comprender lo que él siente en estos instantes?
R. Lo suyo es peor. Ha estado todo el tiempo en el equipo y, de golpe, no está en la final. Debe de ser un poco duro. He hablado con él de todo esto y no es agradable. Pero lo entiende. No es fácil. Lo ha dado todo, se ha sacrificado para jugar el doble y... Es una lástima que ahora no esté.
P. Para usted, ¿sería comparable ganar la Copa Davis a adjudicarse el título de Roland Garros, que ganó en 1998?
R. Aún no sé lo que es ganar la ensaladera. Las sensaciones que tuve en septiembre, cuando gané a [Gastón] Gaudio, en Málaga, el quinto punto de la semifinal frente a Argentino, no las tuve ni cuando me impuse en París ni cuando fui el número uno mundial. Era algo diferente. Ser el número uno y ganar una competición del Grand Slam es increíble, pero esa sensación de jugar ante 14.000 personas que te apoyan, de defender a tu país, de resolver una eliminatoria que se nos había complicado, y más teniendo en cuenta que había jugado mal el primer día, fue algo muy especial.
P. ¿Tenía la sensación de que debía demostrar que era un jugador válido para la Copa Davis?
R. Siempre tengo la sensación de tener que demostrarlo todo en cualquier partido. Siempre hay dudas en torno a mí. Tal vez porque no estuve en la final de 2000, hay gente que piensa que no soy un jugador para la Copa Davis. Sin embargo, si se miran los números, en los partidos de casa, en los que hay más nervios y más presión, sólo he perdido uno: ante [el brasileño Gustavo] Kuerten, el año en que ganó Roland Garros y era insuperable. No considero justo que se dude tanto de mí cuando he ganado en París y fui el número uno y finalista del Masters. Aunque, claro, ya me he acostumbrado a convivir con eso.
P. ¿Se puede ganar a Australia en hierba?
R. En una final puede ocurrir todo. No será fácil porque es lo peor que podía tocarnos. Pero tenemos a Juan Carlos, a Àlex Corretja y a Feliciano López, aparte de a mí mismo. Tenemos la posibilidad de ganar. Sería fantástico. Lo consiguió Francia [en 2001] con unos jugadores que, probablemente, no tienen nuestro potencial. Eso debe darnos moral y ánimos para intentarlo.
P. Será un duelo más duro que el de 2000, en el Palau de Sant Jordi.
R. Sin duda. Jugando en casa, España es el mejor equipo del mundo. Fuera, no hemos demostrado demasiado. Pero ésta es una buena ocasión para probar que las cosas están cambiando.
P. Lleyton Hewitt lleva tres meses y medio sin jugar, preparándose sólo para esta cita.
R. Yo creo que es una equivocación. Y dudo de que no haya jugado por ese único motivo. Ha tenido una temporada bastante mala para su nivel y habrá preferido descansar. Para mí, lo mejor para llegar bien a una competición es jugar y ganar partidos. Sólo entrenándote pierdes el ritmo competitivo. Creo que Hewitt puede acusar eso y debemos aprovecharlo.
P. ¿Le parecen asequibles Hewitt y Mark Philippoussis?
R. Asequibles... Creo que se les puede ganar. La final se decidirá en los tres días y hay circunstancias incontrolables. Si no tienen uno bueno y nosotros sí...
P. ¿Cómo juegan?
R. Son completamente distintos, aunque los dos sean grandes jugadores sobre la hierba. Su juego es diferente. Philippoussis es más irregular, pero, si tiene un buen día, resulta imparable: saque, volea y buen juego de fondo. Y Hewitt, al revés. Siempre está fino. Aunque no sea un clásico de la hierba, ha ganado tres veces el torneo Queen's y una el de Wimbledon. Es peligroso. Su experiencia en estas pistas les da cierta ventaja.
P. ¿Parece que a Hewitt le tienen bastante tomada la medida?
R. Tanto Juan Carlos como yo le hemos ganado varias veces. El año pasado me impuse a él en cuatro ocasiones consecutivas. Siempre es mejor entrar en la pista teniendo este precedente. Pero aquí todo será distinto.
P. ¿Y el doble compuesto por Wayne Arthurs y Todd Woodbridge?
R. Uno de ellos ha ganado ocho veces Wimbledon y el otro tiene un saque impredecible y juega bien en los individuales. Están bien adaptados como pareja y ganaron su último partido de la Copa Davis en cinco sets. Eso lo dice todo.
P. Volviendo al caso de Costa, ¿cree que el G-3, los capitanes españoles, deberían haber mantenido el mismo equipo de principio a fin?
R. No. Voy contra mis propios intereses, pero pienso que en cada eliminatoria deben estar quienes se hallen en mejor forma y se adapten mejor a la superficie en cuestión. La Copa Davis comienza en febrero y acaba en noviembre. Los jugadores pueden pasar muchos altibajos y no es lógico mantener el mismo grupo a capa y espada.
P. Usted ha vuelto a consolidarse en la élite tras la dura etapa de lesiones que atravesó.
R. He conseguido algo muy difícil: atravesar una lesión grave y volver a ser el de antes. La estadística demuestra que hay muy pocos que lo hayan logrado. A Kuerten, Ríos [Marcelo, chileno] y Henman [Tim, británico] les está costando mucho. Fueron momentos muy difíciles. Pero esta temporada la empecé con mucha confianza y jugando bien. Tuve un bajón, pero ahora vuelvo a estar a un nivel muy alto.
P. ¿Se siente mejor jugador que en 1998, cuando ganó en París y fue finalista del Masters?
R. Considero que un tenista que estuvo entre los diez primeros del mundo y que cinco años depués vuelve a estar entre los ocho primeros ha mejorado. Aunque sea en un 1%, cada año, debes ir evolucionando porque el nivel general del juego es cada vez más alto. Además, creo que haber estado en el Masters acredita mi longevidad: junto a Agassi [André, estadounidense], fui el único jugador de los que lo jugó en 1997 que ha repetido ahora.
P. ¿Qué ha cambiado en su tenis y en su personalidad desde entonces?
R. Imagino que hay un momento en que te consolidas. En 1997 todo era nuevo. Jugaba suelto. No esperaba nada. Lo complicado es mantener este nivel unos años después, y más si has sufrido una lesión como la mía. El juego es similar en un 98%. Tal vez tengo un poco más de seguridad con el saque. He mejorado el revés. Creo que sé mejor lo que quiero y lo que debo trabajar para estar ahí. No es lo mismo tener 18 años que 27. Todo lo ves distinto.
P. ¿Le han hecho más fuerte las lesiones?
R. Te obligan. O te hacen más fuerte o te hunden. Mi caso es el primero. Creo que me han hecho mejor jugador.
P. ¿Cuál es su pronóstico?
R. Ganará España por 3-2.
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