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Valenzuela atribuye al desfase de L'Altet la fuga de 300.000 pasajeros este año

Las "desfasadas" instalaciones del aeropuerto alicantino de L'Altet ha provocado un desvío de pasajeros de entre 300.000 y 400.000 personas a las terminales de Valencia y de Murcia, según señaló ayer el presidente de la Cámara de Comercio de Alicante, Antonio Fernández Valenzuela. El dirigente del ente cameral criticó ayer la gestión de Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea (AENA) que continúa sin dar respuesta a la creciente demanda de las instalaciones alicantinas pese a que, según sus cifras, las previsiones para el próximo ejercicio apuntan a un aumento "por encima" del 38% en el número de vuelos.

Fernández Valenzuela reclamó la urgente intervención de AENA en la ejecución del plan director del aeropuerto, que incluye la ampliación de la terminal de pasajeros. "No hay voluntad decidida para hacer lo necesario para que nuestro aeropuerto siga siendo lo que es", lamentó. Y agregó: "Me da la impresión de que lo que se pretende es un plan menor, parcheando, que impedirá que L'Altet sea competitivo". Fernández Valenzuela apreció que las instalaciones de L'Altet están "super amortizadas", con unos beneficios al cierre del ejercicio en curso, según él, de 25 millones de euros. Un considerable superávit, 43 años después de su construcción. "El aeropuerto no puede estar cuatro o cinco años estrangulado", subrayó. Valenzuela declinó cuantificar los perjuicios económicos al tejido empresarial alicantino, toda vez que fue tajante: "El daño económico es importante".

Aena licitó ayer las obras de ampliación de la plataforma de la zona de carga del aeropuerto, con un presupuesto de más de seis millones de euros y un plazo de ejecución de nueve meses.

Por otro lado, el presidente de la Cámara de Alicante informó de que el órgano ejecutivo aprobó el lunes la construcción de una nueve sede, en Elche. Para ello, el órgano prevé vender su edificio actual y adquirir una parcela de 2.000 metros cuadrados en el polígono de Torrellano. El proyecto incluye un vivero de empresas y, en un edificio anexo, el inmueble del futuro órgano cameral. La inversión calculada asciende a dos millones de euros, una cantidad que se obtendrá de la venta del inmueble actual y de los fondos europeos proporcionados a través del Instituto Cameral de Desarrollo Empresarial (Incide).

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