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Zaplana y Camps exhiben su cohesión para cerrar la crisis del PP

El ministro asegura que se resiste a "que se fomenten artificialmente enfrentamientos"

El PP exhibió ayer su cohesión para intentar cerrar la brecha que ha enfrentado abiertamente la última semana a los partidarios del presidente de la Generalitat, Francisco Camps, con los del ministro de Trabajo, Eduardo Zaplana, en la lucha por el poder. Los populares aprovecharon una conferencia de Zaplana en el Club de Encuentro Manuel Broseta de Valencia para sentar en la misma mesa a los tres dirigentes del partido que han ocupado la presidencia de la Generalitat. El acto, en el que no faltó ningún cargo importante del PP, fue ampliamente cubierto por Canal 9.

La puesta en escena se centró en la imagen. No hubo declaraciones ni al entrar ni al salir. La conferencia de Eduardo Zaplana no hizo ninguna referencia a la gestión realizada hasta ahora por el Consell de Francisco Camps y los elogios se utilizaron con mayor prudencia que en anteriores ocasiones.

Media hora antes del inicio previsto para el acto, en la entrada del hotel donde se pronunció la conferencia, el presidente provincial del PP en Valencia y portavoz parlamentario, Serafín Castellano, ejercía ya de anfitrión saludando a los numerosos cargos públicos del partido que se desplazaron para escuchar al ministro. A las 7.45 llegó el presidente de la Generalitat, arropado entre otros, por los consejeros de Presidencia, Alejandro Font de Mora, y de Justicia, Víctor Campos. Una presencia que eclipsó al portavoz parlamentario. Diez minutos más tarde apareció el presidente regional del PP y ministro de Trabajo, Eduardo Zaplana, seguido por su antecesor José Luis Olivas y la consejera de Bienestar Social, Alicia de Miguel. Tras abrazarse entre un enjambre de cámaras, Zaplana y Camps, con Olivas detrás, se reunieron en una habitación con los responsables del Club de Encuentro para dar tiempo a los numerosos cargos públicos a tomar posesión de sus asientos.

Todo el Consell, los presidentes de las tres diputaciones, numerosos alcaldes -entre los que no faltaban los de Valencia, Castellón, Benidorm, Orihuela, etc-, directores generales, todo el equipo directivo de Ràdio Televisió Valenciana -con José Vicente Villaescusa y Genoveva Reig a la cabeza-, diputados nacionales, senadores, el delegado del Gobierno en la Comunidad Valenciana y otros cargos públicos del PP acudieron a arropar a sus líderes, dispuestos en un mesa presidencial en la que se sentaron José Luis Olivas, Francisco Camps, Eduardo Zaplana y el responsable del Club de Encuentro, Francisco Puchol.

En el patio de butacas tampoco faltaron el presidente de la patronal autonómica, Rafael Ferrando; el presidente de Bancaixa, Julio de Miguel; el del Valencia CF, Jaime Ortí; el de la Asociación Valenciana de Agricultores, Cristóbal Montoro, y algunos otros miembros del mundo empresarial, financiero y de la judicatura.

Con este ambiente, el auditorio se centró en intentar buscar algún gesto, alguna mirada que les permitiese adivinar cuál es el futuro de una bicefalia cuyas complicaciones se han hecho evidentes.

Francisco Camps fue el primero de los dirigentes populares en hablar. Fue breve y conciso. Se refirió al título de la conferencia que iba a pronunciar Zaplana (¿Cuenta la Comunidad Valenciana en España?) y respondió que sí. Sobre todo por los esfuerzos del ahora ministro en su etapa al frente de la Generalitat.

José Luis Olivas fue mucho más extenso. Sabedor de que ya está decidido su futuro como presidente de Bancaixa ("Tengo la intención de no volverme a presentar en una lista de índole política y hablo con más tranquilidad"), Olivas aseguró que necesitaría horas para poder glosar la figura de Zaplana, pero se centró en tres logros del ministro: "El partido ha cambiado de forma notabilísima"; "es un ministro clave en este momento de transición entre Aznar y Rajoy y tendrá cada día más peso a nivel nacional" y "lo importante es que ha conseguido formar un gran equipo de personas".

Luego Eduardo Zaplana pronunció su conferencia en la que evitó cualquier roce con el Consell. "No me voy a referir a materias que son competencia de la Generalitat y que no me competen", dijo en su intervención el presidente regional del PP que defendió su gestión y reiteró que hay "un excelente gobierno" del que dijo: "yo he tenido algo que ver". También expresó su resistencia "a que se fomenten artificialmente enfrentamientos que no conducen a nada".

Camps impone la medalla del Club de Encuentro a Zaplana anoche en Valencia.
Camps impone la medalla del Club de Encuentro a Zaplana anoche en Valencia.SANTIAGO CARREGUÍ

La mirada del ministro sobre la periferia

Eduardo Zaplana elaboró ayer una conferencia en la que quiso explicar su mirada sobre la periferia ahora que tiene responsabilidades en el Gobierno central. Zaplana se congratuló de que en Cataluña se produzcan debates sobre el crecimiento de la Comunidad Valenciana y las posibilidades de convertirse en el principal foco de crecimiento del Mediterráneo. Luego, sin mencionarlas, también afirmó que "otras comunidades autónomas van a quedar descabalgadas por errores importantes que están cometiendo" y que ello todavía puede beneficiar aún más a la Comunidad Valenciana, que cuenta con un empresariado dinámico, una economía abierta, infraestructuras que vertebran el territorio, una sociedad civil más cohesionada que nunca y con las mayores perspectivas de crecimiento económico para los años 2003 y 2004. "La Comunidad Valenciana es a España, lo que España es a Europa", sentenció el dirigente popular.

El ministro de Trabajo, que explicó que en su disertación no había elementos novedosos, elogió de los socialistas que supiesen poner en marcha la nueva Administración autonómica pero les criticó por no saber articular la sociedad civil y, sobre todo, por seguir sin ver que hay intereses generales para la Comunidad Valenciana.

Zaplana se interrogó sobre si en otras autonomías se hubiese visto "razonable" que una eurodiputada iniciase acciones contra el Plan Hidrológico Nacional (PHN) o que se cuestionase el coste de las inversiones en vez de preguntarse si sirven para impulsar la sociedad ("por cierto en Port Aventura está La Caixa"). Luego recalcó que el debate no es si el AVE tarda seis meses más o menos, sino si las obras han empezado ya.

Una visión del debate político que no comparten los socialistas, cuyo portavoz adjunto en las Cortes Valencianas Antoni Such instó al presidente del Consell, el popular Francisco Camps, a aclarar "las consecuencias que va a tener para la Comunidad Valenciana su guerra abierta contra Zaplana".

"Conferencias como las de esta tarde confirman quién es el que manda en el PP valenciano", dijo el socialista Antoni Such, que añadió: "Es lamentable que, por no saber hacer frente a la profunda división de su partido por su falta de autonomía, Camps se vea obligado a respaldar un acto que le consolida como apéndice electoral del PP en Madrid".

"En vez de respaldar convocatorias que ponen en duda su capacidad de liderazgo, Camps debería coger de una vez por todas las riendas del Consell".

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