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Crónica:FÚTBOL
Crónica
Texto informativo con interpretación

Una derrota histórica

Falta de juego, ritmo y ocasiones, la Real Sociedad pierde ante el Mallorca su primer partido en Anoeta desde marzo de 2002

La Real perdió el 10 de marzo de 2002 contra el Tenerife de Javier Clemente. Veintinueve partidos de Liga después volvía a perder contra el Mallorca de Luis Aragonés. Dos islas, dos equipos menores, agobiados, de ésos que juegan a apostarse un partido a una sola jugada. A ambos les salió bien cuando nadie lo esperaba. Contra ambos fracasó el cuadro donostiarra.

Por alguna razón, llámese cansancio, agobio, infortunio o lo que sea, la Real no produce ocasiones de gol como lo hacía la pasada temporada. Será porque Xabi Alonso no le coge el pulso al equipo, será porque Kovacevic hace lo que hacía pero a una velocidad inferior, será porque De Pedro participa poco, será porque hasta Westerveld -el hombre tranquilo- está nervioso... Pero a la Real le falta nervio hasta el punto de convertirse en un equipo demasiado previsible.

REAL SOCIEDAD 0 - MALLORCA 1

Real Sociedad: Westerveld; López Rekarte, Jauregi, Schürrer, Aranzabal; Karpin, Xabi Alonso, Alkiza (De Paula, m. 75), De Pedro (Gabilondo, m. 46); Nihat y Kovacevic.

Mallorca: Leo Franco; Cortés, Fernando Niño, Lussenhoff, Olaizola; Nagore (Marcos, m. 64), Colsa; Campano, Correa (Bruggink, m. 54), Nené (Stankovic, m. 74); y Eto'o.

Gol: 0-1. M. 18. Contragolpe perfecto del Mallorca por la derecha, bien dirigido por Colsa y que concluye con un pase interior de Correa a Eto'o, que bate a Westerveld.

Árbitro: Pérez Burrull. Amonestó a Cortés, Alkiza, Marcos, De Paula, Schürrer, Xabi Alonso y López Rekarte.

Unos 24.000 espectadores en Anoeta.

Incluso para el Mallorca, un ejército que salió con la estrategia aprendida -achicar espacios y darle terreno a Eto'o para correr y a Correa para pensar- y se encontró con un gol en cuanto hilvanó el primer contragolpe. Para ello se asociaron unos cuantos futbolistas que mantienen el raciocinio por mal que ande el equipo balear. Entre Colsa y Campano se las apañaron para llegar a las zonas cálidas, Correa se inventó un pase interior y Eto'o lo culminó a su estilo, es decir con calma. Probablemente, el Mallorca actual no tiene mucho más para ganar un partido. El resto es clase de tropa. Encomiable, como Lussenhoff, para amargarle la vida a Kavacevic, o como Olaizola, para dejarse caer cada vez que López Rekarte o Karpin le echaban el aliento en la oreja. Cuestión de oficio.

La Real se aplanaba como una tarde de otoño. Por los costados no hacía daño, salvo en algunas esfuerzos voluntariosos de Rekarte, y por el centro era un cántico a la impotencia.

Con un gol en el talego y el equipo previsto para capear temporales, el Mallorca encontró el partido que buscaba: de desgaste, apático, rutinario, sin lustre..., o sea frío. Un tentempié que extrañaba la tradicional actitud racial de la Real en las segundas mitades, cuando acorrala al rival, cuando se vuelca como un trapecista sin red. Sólo lo hizo, y sin una especial voracidad, por la insistencia de Karpin en ganar el partido.

Raynald Denoueix sustituyó en el descanso al apático De Pedro por un no menos apático Gabilondo. La Real estaba volcada a los pies de Karpin y la Real casi nunca funciona cuando no le funciona la banda izquierda. Ni siquiera le acompañó la suerte en dos remates de sus dos delanteros. Kovacevic cabeceó a placer, pero le respondió Leo Franco, y el portero argentino hizo lo propio con una falta apresuradamente sacada por Nihat que buscaba la escuadra. Lo primero fue el fruto de una jugada; lo segundo, una circunstancia.

Y el Mallorca, a lo suyo: presionar en su campo, trabajar a destajo y dejar a Eto'o un par de balones para que se ensimismara con ellos olvidándose de sus compañeros, que, por la lejanía, se habían olvidado de él.

Sin partido razonable, las circunstancias resultan definitivas. Por ejemplo, a la media hora de la segunda mitad se produjo un milagro: tres jugadas en una. Remate de cabeza que salva Cortés. ¿Con las manos? ¿Dentro de la portería? ¿Penalti a De Paula subsiguiente?

El frontón se instaló en Anoeta. El Mallorca defendía con todo y con todos, incluido Eto'o, confiado a las manos y los pies de Leo Franco. Y contra eso la Real no actúa. Le cuesta. No sabe. No contesta.

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