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Reportaje:

Encadenado a sus hijos

La juez obliga a un padre divorciado a seguir pagando la pensión a sus hijos, de 25 y 28 años, ambos licenciados universitarios

Una juez de Lleida ha desestimado la demanda presentada por Ignasi P., un hombre divorciado de 53 años y administrativo de los Bomberos de la Generalitat, en la que solicitaba una revisión de los acuerdos establecidos en la sentencia de separación de su esposa y, en concreto, que se le eximiera de la obligación de seguir pagando cada mes una pensión de 538 euros mensuales a sus dos hijos porque ambos, de 25 y 28 años, han terminado las carreras de Derecho y Empresariales, respectivamente, y tienen capacidad y edad para trabajar y sufragarse los gastos de la ampliación de los estudios que realizan. Actualmente, uno de los hijos está siguiendo un curso de posgrado y el otro prepara oposiciones a notarías.

La sentencia, dictada por la titular del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 1 de Lleida, obliga a Ignasi P. a seguir pagando los estudios a sus hijos al considerar la juez que no se han modificado las circunstancias familiares recogidas en la sentencia de divorcio de 29 de enero de 2002.

En cambio, el demandante alegó en la vista oral que su situación económica había cambiado desde entonces, ya que percibe un salario inferior, está pagando un crédito hipotecario y tiene que atender a las necesidades de su nueva familia.

La pugna judicial que enfrenta a Ignasi P., vecino de Lleida, con su ex mujer y sus dos hijos se inició hace ya siete años y va camino de convertirse en un auténtico culebrón, además de un calvario para el demandado.

Primero fue el padre divorciado quien pidió al juez que le eximiera de seguir pagando la pensión alimentaria a sus hijos por considerar que ambos ya eran mayores de edad, tenían una carrera y podían independizarse. Después, el menor de los hijos, que es licenciado en Derecho gracias, entre otras, a la pensión abonada estos últimos años por su padre, presentó una demanda para que el juez prohibiera a su progenitor airear los trapos sucios de la familia en la prensa.

El juez denegó la petición del hijo al considerar que su padre no había vulnerado el derecho a la intimidad de las personas. Ignasi P. se había limitado a expresar en varios medios de comunicación su disconformidad con la sentencia judicial de divorcio que le obligaba a mantener a sus dos hijos, argumentando que éstos ya tenían edad suficiente para ganarse la vida por sí mismos.

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El padre también se refirió al bajo rendimiento académico de uno de ellos, que tardó siete años en acabar una carrera como la de Empresariales, para la que se requieren sólo tres cursos, porque, a su juicio, en vez de estudiar se dedicaba a hacer política y a militar en organizaciones independentistas. "¿Hasta cuándo tendré que seguir pagando?", se preguntaba el atribulado progenitor. Los hijos no sólo pidieron al juez que no permitiera a su padre hablar públicamente sobre asuntos familiares, sino que incluso se descolgaron con la petición de una indemnización de 18.000 euros por supuestos daños morales.

Hasta la fecha, Ignasi P. ha perdido todas las demandas judiciales. El hombre opina que su responsabilidad como progenitor acabó cuando sus dos hijos, con los que no mantiene ninguna relación, tan sólo la bancaria de la pensión mensual, acabaron las carreras de Empresariales y Derecho.

Los jueces no lo entienden igual. En el año 2001, una sentencia de la titular del Juzgado de Instrucción número 1 de Lleida rebatió sus argumentos al afirmar que los hijos necesitan ayuda de sus padres incluso cuando son mayores de edad y han terminado sus estudios, porque entonces continúan en un periodo de formación y todavía no han podido acceder al mercado laboral.

Ignasi P. cree que esta teoría no puede aplicarse a su caso y al de sus hijos, y por eso está dispuesto a seguir litigando hasta conseguir que la justicia le dé finalmente la razón. De momento, ya ha recurrido ante la Audiencia Provincial contra la última sentencia que le obliga a seguir pagando la pensión a sus dos hijos.

"Quiero ganar esta batalla, aunque después de todo lo visto ya no me veo con mucha moral. Contra una decisión judicial no se puede hacer nada, sólo pagar y callar", dijo ayer Ignasi P. a este diario.

Este padre, que en sus ratos libres también es pintor con cierto reconocimiento en los ambientes culturales de Lleida, está convencido de que sus hijos -de quienes asegura que su madre los ha puesto en contra de él- le están tomando el pelo y quieren continuar viviendo como hasta ahora a su costa en vez de buscar un trabajo relacionado con sus estudios para poderse independizar de una vez por todas.

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