Sobre carreteras
Me estoy refiriendo a las carreteras 501 y 403, por las que circulo todas las semanas desde hace 33 años para desplazarme de Madrid a El Tiemblo. Ésta es la infrahistoria en seis capítulos:
1. Profusión de motoristas que suelen dirigirse, creo, a Navaluenga, donde se concentran, y que adelantan a los automóviles sin respetar ni señales de prohibición ni cambios de rasante o curvas. Tenemos calculadas sus velocidades entre 150 y 200 kilómetros por hora. Además, celebran una concentración anual convirtiendo las carreteras 403 y 501 en pistas de competición, circunstancia que conocemos previamente los usuarios excepto la policía.
2. A lo largo de estos 33 años, ambas carreteras han sido mejoradas sustancialmente en no menos de tres ocasiones. En cada reforma, las antiguas señalizaciones verticales y horizontales han sido conservadas tal cual, incluyendo cuatro ostensibles errores que existían desde siempre y que allí siguen. Asimismo, algunos tramos de línea discontinua no tienen más de 50 metros, con lo cual el adelantamiento hay que hacerlo a no menos de 190 kilómetros por hora, so pena de invadir la línea continua.
3. Mi mujer y yo tenemos calculado que en 33 años habremos visto a la policía unas diez o doce veces, no más, incluyendo las aparatoso-cacareadas operaciones salida o retorno. Eso sí, cuando han aparecido, siempre los hemos visto apostados o emboscados para sorprender y denunciar a los automovilistas, nunca para prevenir.
4. En ambas carreteras, los límites de velocidad están anunciados en máximos de 90 kilómetros por hora, pero casi todos circulamos a un mínimo de 110-120 y no es raro que muchos te adelanten a 140-180; lógico, porque los usuarios habituales sabemos que no hay vigilancia ni para prohibir, ni para auxiliar a los conductores ni para hacernos una guerra preventiva.
5. Todavía existen tres grandes vallas o pancartas inmensas que siguen anunciando los trabajos en la carretera, sólo que los trabajos terminaron hace años y las pancartas siguen distrayendo al personal que conduce. Esto no sería sino una prueba de desidia y abandono si no fuera porque es un cierto peligro de accidentes.
6. A la salida de El Tiemblo, cuyas vetustas y peligrosas curvas en unos 5 kilómetros fueron evitadas construyendo una perfecta carretera de circunvalación, todavía para salir del pueblo hacia Ávila las señales de tráfico siguen indicando la antigua carretera sin que ninguna advierta de la nueva. Quien no lo sabe tiene que seguir aventurándose por las curvas de tiempos de María Castaña.
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