Internet desborda la cautela informativa británica sobre el príncipe Carlos
'Le Monde', cuya distribución en Gran Bretaña ha sido cortada dos días, publica un artículo en inglés sobre el asunto en su página. Los grupos de noticias tratan los rumores abundantemente
Un supuesto "incidente sexual" entre el príncipe Carlos y uno de sus criados llena estos días la prensa británica. El tratamiento, sin embargo, está obligado a barrocos circunloquios para evitar la reacción judicial que ha prohibido dar detalles sobre el rumor, que la propia Casa del Príncipe ha desmentido rotundamente como falso. Como titulaba Le Monde, los periódicos británicos se enfrentan al desafío de "hablar siempre sin decir nunca nada". En Internet, sin embargo, el tema crece en múltiples foros. En un artículo en la página de la BBC titulado La Red hace inevitable que el rumor real se expanda, el autor recuerda que en la década de 1950 los propietarios de los diarios británicos podían pactar silenciar las intenciones de la princesa Margarita de casarse con un divorciado. Ahora este pacto sería irrelevante porque la noticia llegaría por otros medios. La capacidad viral de Internet, del correo electrónico y de la mensajería hace imposible frenar la expansión de cualquier rumor, sostiene el articulista.
La reacción judicial se produjo el 1 de noviembre para impedir que el Mail on Sunday publicara el testimonio de un criado sobre lo que supuestamente vio en palacio. Un criado veterano en el mercado de los cotilleos reales y con una vida trastornada desde que participó en la guerra de las Malvinas. Por razones de competencia territorial, la orden judicial inglesa no afectaba a Escocia, lo que dio a los diarios de la zona un margen de tiempo superior para zambullirse en los detalles del rumor hasta que un juez local prohibió también allí el tratamiento del caso. Cualquier medio que desacate esta decisión judicial se enfrenta a severas penas económicas y de cárcel.
El distribuidor de distintos diarios europeos, entre ellos ELPAÍS, los distribuyó hace dos fines de semana con retraso de tal manera que era imposible encontrarlos el sábado. El New York Times se hacía eco del hecho y hablaba de "censura". El diario Le Monde, cuyo distribuidor británico se ha negado a repartirlo por dos veces en una semana, ha publicado en su sitio en Internet un artículo en inglés sobre los hechos. Mientras se dificultaba la circulación de la prensa europea en la isla, los sitios de la misma en Internet era accesibles en Gran Bretaña sin dificultad.
Matt Drudge, que ya alcanzó notoriedad en la Red con el caso Lewinsky y la censura del asunto en Newsweek, publicó en drudgereport que una noticia de la corresponsal londinense del New York Times sobre el rumor permaneció la primera semana de noviembre 20 minutos en el sitio de Internet del diario hasta que los editores, "presos de pánico", ordenaron su retirada. "Nunca debió ser publicado", comentó una fuente de la redacción a Drudgereport. El texto hacía referencia a las acrobacias informativas de los medios británicos para tratar el rumor.
En los foros de Internet se rastrean las informaciones que publican los medios. News of the World, por ejemplo, mantuvo la semana pasada colgada en la Red su portada con el escandaloso título "Es Carlos bisexual?". En el interior, el testimonio más cualificado lo negaba.
Otra circunstancia motivo de debate es la prohibición judicial al Guardian de publicar el nombre del funcionario que recurrió a los tribunales para impedir las primeras informaciones en Mail on Sunday. El juez dictó la orden desde un teléfono móvil, dos horas antes de que el diario entrara en rotativas porque se encontraba en un atasco en Londres. Tres días después, el diario ganaba la apelación.
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