"Los vascos encontrarán al final su camino hacia la reconciliación"
El teólogo Hans Küng (Sursee, 1928) ha dejado pequeños todos los locales donde ha presentado sus memorias Libertad conquistada (Ed. Trotta). "Recibir los aplausos antes de empezar a hablar ha sido una sorpresa que me hace muy feliz", dice horas después de que casi un millar de personas se quedara fuera en Bilbao. Este teólogo suizo y pensador ecuménico vio suspendida su licencia eclesiástica para enseñar en 1979 por el Vaticano.
Pregunta. El arzobispo de Barcelona le ha cerrado la iglesia hasta para hablar. ¿Es cansado ser la conciencia crítica de Roma?
Respuesta. Eso es mi vida. Para mí, el 25 aniversario del Papa Woytila es también mi 25 aniversario de mi resistencia. En realidad 24, porque el primer año todo fueron alegrías. Yo creí que él que había vivido bajo la dictadura nazi y después bajo la comunista tenía un sentido de libertad. Pero, desafortunadamente, no mostró ningún sentido de libertad dentro la iglesia.
"Hay algunas normas de humanidad que se aplican a todos, creyentes o no, nacionalistas o no"
"El 25º aniversario de este Papa es también el 25º aniversario de mi resistencia"
P. ¿Por qué teme tanto la Iglesia a la libertad?
R. Esa es la pregunta. Lo tremendo es que todos los obispos alrededor del mundo dicen lo mismo sobre las controversias que tiene la iglesia, no permiten a los teólogos discutir libremente. Durante mis tres primeros años en Roma, yo era un alumno obediente. Crítico en algunos aspectos con los que mantenían que no se podía hacer nada. Hubiera sido más fácil para mí no escribir un libro sobre la infalibilidad del Papa.
P. Pero necesitara una gran fuerza interior para haber pasado de ser casi el teólogo de Juan XXIII en el Concilio Vaticano II a la condena y al ostracismo.
R. Los meses posteriores a que el Vaticano me excluyera de la enseñanza fueron los más difíciles en mi vida. Quedé agotado.
P. ¿Cómo casa su proyecto de ética mundial con una iglesia pegada el terreno como la vasca, con afinidades nacionalistas?
R. Una ética global no niega las diferencias religiosas, étnicas o nacionales. A pesar de todo, y esto es muy importante para lo que pasa aquí, algunas normas de humanidad se aplican a todos, creyentes y no creyentes, cristianos o musulmanes y nacionalistas y no nacionalistas.
P. De hecho, usted comprendió las críticas que se realizaron desde la propia iglesia y el nacionalismo contra los últimos nombramientos de obispos desconocedores de la realidad vasca
R. Es la política general que se sigue en Roma bajo el actual pontificado en ese tipo de nombramientos. He podido leer los cuestionarios de las nunciaturas en donde se recogen las respuestas de los candidatos en relación con la encíclica Humane Vitae [del control de la natalidad] o sobre el celibato o la ordenación de las mujeres. Muchos candidatos, probablemente los mejores, muestran su desacuerdo. Los que incorporan la línea oficial respecto por ejemplo a la píldora, no son en realidad candidatos del pueblo, sino del aparato. Es como el sistema del Kremlin. En Colonia, por ejemplo, el propio Papa dijo quién tenía que ser el obispo, de perfil conservador. Muchas veces estos romanos son maquiavélicos.
P. ¿Conoce la obra del polémico obispo José María Setién?
R. No.
P. En sus memorias recuerda el papel jugado por la iglesia española de soporte del régimen franquista, algo similar a lo que pasó con el duce y el ascenso del fascismo italiano.
R. Pero es que el sistema que impera hoy en el Vaticano es totalitario, un imperialismo clerical y un autoritarismo militar. Y eso ha generado un frustración en el pueblo, pero también un influjo muy negativo en el clero, no saben qué hacer porque si conservan un poco de inteligencia no quieren seguir una política que va contra su pueblo.
P. Le preguntaba por el apoyo de la iglesia española a Franco, porque es precisamente el Papa actual quien ha canonizado a 2.302 mártires católicos sin acordarse de los curas vascos fusilados en la guerra.
R. Son casos claramente políticos y la canonización de los mártires es algo peligroso y difícil cuando se produce en una lucha política como fue la Guerra Civil. También Jomeini convirtió a muchos niños en mártires de su causa. Se debe ser imparcial y tener en cuenta siempre al otro bando. Eso seria un acto de reconciliación, lo otro es un acto de injusticia. ¿Qué pasa, que los otros muertos no merecen ser honrados, recordados? Es tremendo lo que se hizo en el Valle de los caídos, por lo grande y por lo que representa.
P. ETA ha criticado por primera vez a la Iglesia por no ser "neutral" en el conflicto.
R. No soy un especialista en la realidad vasca. No sé lo que ha dicho el episcopado al respecto. Es necesaria una reconciliación. En todos los conflictos lo que se ve al final es sólo sangre y agotamiento. La solución no puede ser nunca matar al contrario. Si comparo el País Vasco con el sistema suizo, considerado en todos como ejemplar por su respeto de la diferencia, por lo que yo sé es relativamente feliz. En Cataluña estarían muy contentos de tener lo que tienen aquí. El propio Blair me dijo, en relación con el problema de Irlanda del Norte, que en pleno siglo XXI no era posible una guerra en este rincón de Europa. Estoy seguro de que ustedes también encontrarán su camino hacia la reconciliación.
P. La Iglesia vasca ha entonado un mea culpa por no haber estado más cerca de las víctimas.
R. Esto también ha pasado en otros momentos históricos, el problema es que el Vaticano nunca ha acompañado estos reconocimientos de errores con los nombres de los responsables.
P. Sabía que hay curas aquí que tienen que llevar escolta.
R. Impensable. Eso no se puede tolerar. Es imposible.
P. ¿Tenía razón Hunttington cuando hablaba del choque de civilizaciones?
R. Frente a la visión de estadistas de los años 60 en EE UU y de un Papa que defendía una paz duradera basada en un orden mundial justo, lo que hay ahora en la Casa Blanca y su doctrina será desastroso. Ya lo está siendo. Y también debe entrar aire fresco en el Vaticano; Woytila nos sitúa en planteamientos preconciliares.
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