Un miliciano palestino mata a dos soldados israelíes cerca de Belén

Un miliciano palestino, armado de un fusil de asalto AK-47, mató ayer a dos sargentos del Ejército israelí que se encontraban de servicio en un puesto de control instalado en las cercanías de Belén, al pie de la carretera que une Jerusalén con Hebrón. El atentado se produjo en un momento especialmente delicado, mientras el nuevo primer ministro palestino, Ahmed Qurei, conocido como Abu Alá, trata de abrir negociaciones con los grupos radicales para alcanzar una tregua en la Intifada. El Gobierno israelí comunicó ayer al de EE UU que su primer ministro, Ariel Sharon, se reunirá con Qurei la semana que viene para revitalizar el maltrecho proceso de paz.

El ataque se produjo poco después de las seis de la madrugada, cuando un palestino se acercó a pie hasta el lugar donde se encontraban los soldados con un arma bajo el brazo, envuelta en lo que el mando militar identificó como una alfombra de plegaria. Cuando el miliciano se encontraba a poco menos de 15 metros de los militares, disparó contra ellos. El autor de los disparos huyó corriendo de la zona, para ser recogido por un vehículo con matrícula palestina, que lo condujo hasta la localidad de Jadera, a pocos kilómetros de Belén. La zona fue acordonada por las tropas, que iniciaron una caza al hombre casa por casa e impusieron un toque de queda.

Éste es el ataque más importante contra tropas israelíes desde el pasado 20 de octubre, cuando un grupo de activistas se infiltró en el interior del asentamiento de Netzarim, en Gaza, y dio muerte a tres soldados. Al igual que sucediera entonces, las represalias del Ejército se centraron ayer sobre el campo de refugiados de Rafá, al sur de la franja de Gaza, que fue invadido por blindados y excavadoras, provocando una veintena de heridos y destruyendo varias casas. Por su parte, el mando militar de Cisjordania reinstaló ayer diversos controles de carreteras y endureció el paso a Belén, poniendo en peligro la campaña de Navidad.