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Columna
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ERC, sabor a Companys

En la última semana de enero de 1939, el niño que por entonces vivía en la Seu d'Urgell, con sus padres, cruzó la frontera y se refugió en Perpinyá, cuando los franquistas ocuparon Barcelona y prosiguieron su imparable avance. Mucho más tarde supo que por aquellos mismos días y lugares, habían partido hacia el exilio, entre tantos otros, Antonio Machado y Lluís Companys. Machado murió muy pronto en Colliure; a Companys lo fusilarían los facciosos, en Montjuïc, en 1940, después de que se lo entregaran a Franco, los miserables podencos de la Gestapo. Por eso, sin duda, las recientes elecciones en Cataluña, le han entregado las llaves de la gobernabilidad a ERC y han prendido la memoria de aquel niño que también conoció el exilio. Los comentaristas políticos señalan cinco posibles escenarios de negociación, en tres de los cuales Esquerra Republicana es una fuerza indispensable. Josep Luís Carod parece más inclinado a un gobierno de concentración, nacionalista y de progreso, donde no se aprecie la presencia de los conservadores del PP. Pero aún no es el tiempo de los pactos. De momento, y eso ya suena a triunfo, se ha quebrado la peligrosa tendencia al bipartidismo, y la civilizada burguesía catalana ha de hacer muchos cálculos y muchos guiños, aun con sus favorables resultados, si aspira a gobernar con cierto desahogo. Veremos en qué paran todas estas posibles combinaciones, aunque mal asunto es reducir a aritmética la ideología. Izquierda y república y Catalunya no se ponen en almoneda así como así.

Quien, con muy poca edad, aquel enero de 1939, sintió el frío de la cordillera, el disparo de las ametralladoras de dos aviones fascistas italianos Fiat CR-32, que atacaron despiadadamente a una multitud inerme que huía, y la espera en el paso de El Perthus, no olvida que al otro lado de los Pirineos lo acogieron la paz y el estreno de Blanca nieves y los siete enanitos. Pero tampoco a Companys que, entre los días 17 al 19 de marzo de 1931, con Francesc Maciá y Joan Lluhy, contribuyó a fundar ERC. Ahora, un vivo sabor de la memoria.

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