14.000 policías para una visita histórica
El Gobierno británico ha puesto en marcha una operación de seguridad "sin precedentes" para proteger al presidente George W. Bush durante su visita de Estado al Reino Unido. Desde su llegada, en la noche de hoy, a Londres y durante tres jornadas, 14.000 agentes de policía estarán en activo, incluidos cerca de 2.000 oficiales armados y un número indeterminado de agentes secretos. A su sombra actuarán unos 250 agentes del servicio de seguridad estadounidense, que disponen de una licencia especial para portar armas en suelo británico.
Unidades de élite del Ejército aguardarán órdenes para entrar en acción desde posiciones de retaguardia en un cuartel frente a Hyde Park y en el palacio de Buckingham, donde Bush y su esposa se hospedarán como invitados de Isabel II. Londres parece una ciudad sitiada. La vigilancia también se ha incrementado en los aeropuertos y estaciones de tren. La prensa no recuerda una operación de tal calibre desde la II Guerra Mundial. Ni tan siquiera durante la campaña del IRA en Inglaterra, en los años setenta.
"Es el momento adecuado para mantenernos firmes junto a EE UU en la lucha antiterrorista", dijo ayer Blair. El primer ministro intentaba una vez más defender la invitación a Bush que desaprueba gran parte de la población. Un acto simbólico de la protesta popular que se extenderá desde Londres a otras ciudades británicas se vivió frente al palacio de Buckingham. Burlando el control policial, una manifestante escaló la verja palaciega para suspender una bandera norteamericana en la que se transmitía un mensaje a la reina: "Isabel II, Bush no es bienvenido".
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