Piqué cree que mucha gente cambiaría ahora el voto y confía en la segunda oportunidad de las generales
Como era de esperar, a Josep Piqué no le gustan ninguna de las fórmulas de Gobierno posibles que salen del resultado electoral. Ni siquiera unas más que otras. Sobre todo porque su formación no participa en ninguna de ellas. Pero lo que más le preocupa es que Esquerra Republicana marque a partir de ahora la política catalana y todos los partidos, menos el PP, se lancen a una carrera para reformar el Estatuto.
El PP piensa que todas las opciones generarán inestabilidad y duda incluso de que se pueda acabar la legislatura. La única opción estable, el pacto CiU-PSC, sería una "fraude" para el electorado, según el presidente del PP catalán. Por eso, ante este confuso panorama, Piqué se mostró convencido de que muchos ciudadanos deben tener deseos de cambiar su voto tras ver los resultados.
Entre tanto dato negativo, el ex ministro de Ciencia y Tecnología abrió un críptico camino de esperanza: dijo que las elecciones generales "pueden devolver las cosas a su sitio". Esto es, una segunda oportunidad para que CiU pueda volver al redil del pacto con el partido de José María Aznar. En las pasadas elecciones generales, Piqué fue el cabeza de lista en Cataluña. Durante toda la campaña ha insistido en que se quedará en el Parlamento, aunque la importancia que le dio ayer a las generales y la ausencia de un candidato claro para ese puesto llevan a pensar que ésa podría ser una de las salidas para el ex ministro.
A Piqué no le preocupa que el PP se haya quedado sin posibilidades de gobernar y por tanto fuera del espacio central de la política catalana. "Eso lo dábamos por descontado", sentencia, para culpar de nuevo a CiU y PSC de "suicidio político" por haber alentado el discurso de ERC. El PP apenas se plantea la posibilidad de que haya sido Aznar, con su discurso agresivo, quien haya animado esa subida de los independentistas. "A lo mejor hemos contribuido", concedió Piqué, para cambiar inmediatamente de asunto.
En cuanto a los resultados específicos del PP, no hay ningún pero. Este partido recupera 93.000 votos y sube en las cuatro provincias, pero especialmente en Barcelona. Allí ha robado voto al PSC, como refleja su crecimiento por encima de la media en Santa Coloma de Gramenet, ciudad de inmigrantes, o Mataró. Sólo baja en Tortosa y Amposta (Tarragona), por la crisis del Plan Hidrológico, pero sube en la provincia de Tarragona. Aun así, con un 11,87%, Cataluña sigue siendo la comunidad en la que menos fuerza tiene el PP, que además no alcanza su récord del 13%, en 1995, con Aleix Vidal Quadras de candidato.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
Archivado En
- Declaraciones prensa
- Pactos postelectorales
- VII Legislatura Cataluña
- Josep Piqué
- Pactos políticos
- PP
- Comunidades autónomas
- Parlamentos autonómicos
- Gobierno autonómico
- Generalitat Cataluña
- Política autonómica
- Administración autonómica
- Política municipal
- Cataluña
- Elecciones
- Gente
- Parlamento
- España
- Partidos políticos
- Política
- Administración pública
- Sociedad