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Chirac pide una rápida investigación del drama del 'Queen Mary 2'

Las autoridades francesas guardan silencio sobre las causas de la muerte de 15 personas

Las autoridades francesas se mantuvieron ayer herméticas respecto a la causa de la tragedia vivida el sábado en el astillero del Queen Mary 2, el transatlántico más grande del mundo. El fiscal del caso consideró "prematuro" decir por qué se desplomó una pasarela de acceso al barco, un hecho que ha costado la vida a 15 personas. "No entraré en suposiciones técnicas hasta que la investigación establezca las causas", advirtió un portavoz de la empresa propietaria. El presidente Chirac ha pedido una rápida investigación.

Dos de los heridos más graves fallecieron a lo largo de la jornada de ayer, lo cual eleva a 15 el número de muertos y a 28 el de hospitalizados. Parte de las víctimas pertenecían a una contrata de limpiezas que iba a iniciar su turno y el resto eran familiares de ingenieros y técnicos que participaban en una visita organizada.

Unos y otros estaban mezclados en la pasarela de 10 metros de longitud que unía el muelle a una de las puertas del transatlántico, tendida sobre el dique seco en que se encuentra el navío. La dirección de los astilleros asegura que la estructura podía soportar un peso mayor, pero admitió que no estaba preparada "específicamente" para el paso del público en general. La pasarela derrumbada, de la que cayeron decenas de personas desde una altura de entre 20 y 25 metros, había sido instalada 24 horas antes.

El hermetismo oficial impide saber, al menos, si la pasarela se rompió, fue arrancada o pudo ser descolgada. También se mantuvo la confusión sobre si era la primera vez que se utilizaba o habían pasado por ella centenares de trabajadores, como sostenían fuentes sindicales, que insistían en que era parecida a la utilizada millares de veces a lo largo de la construcción.

Reconocer negligencias o imprudencias es una decisión muy difícil. No sólo por las responsabilidades penales y civiles, sino porque puede ser la gota que colme el vaso de la crisis. Los astilleros del Queen Mary 2 no reciben pedidos de transatlánticos desde hace dos años, y el grupo Alstom, al que pertenecen, se encuentra en una situación muy delicada tras haberse salvado de la quiebra en un enfrentamiento entre el Gobierno francés y la Comisión Europea, contraria a aceptar una ayuda de Estado a una empresa en dificultades.

Todo ello explica el duelo que envuelve la ciudad de Saint-Nazaire y su área de influencia, en el estuario del río Loira, para las cuales el puerto y los astilleros constituyen el corazón de una zona habitada por 130.000 personas. Las banderas a media asta, la capilla ardiente de los fallecidos y el libro de condolencias instalado bajo una carpa, delante del dique donde está situado el barco, testimonian no sólo el dolor por los fallecidos, sino el temor generalizado al futuro.

El presidente de la República, Jacques Chirac, se presentó ayer en la capilla ardiente y, además del pésame a las familias de los fallecidos, transmitió un mensaje explícito de "solidaridad nacional" con la región. "Las autoridades administrativas y judiciales han iniciado investigaciones, y espero que puedan establecer rápidamente la responsabilidad del accidente", dijo el presidente francés.

Los astilleros están pendientes de la decisión del Gobierno de París sobre la construcción de un nuevo portaaviones para la Armada, el pedido que verdaderamente les aseguraría el futuro, pero ésta es una decisión política de mayor cuantía.

El armador Cunard parece dispuesto a mantener el 12 de enero como fecha del primer viaje inaugural del Queen Mary 2 desde Southampton, en el sur de Inglaterra, a Fort Lauderdale, en Florida. Los habitantes de la zona próxima a los astilleros se preguntan si podrán celebrar la salida del navío, prevista para el 20 de diciembre, como han festejado la de todos los demás barcos construidos allí, sabiendo que este accidente les golpea en plena lucha por la supervivencia. Joël Batteux, el alcalde de Saint-Nazaire, fue la imagen viva de la desolación: no pudo evitar ayer que se le escaparan las lágrimas en todas las entrevistas que hubo de atender.

Policías franceses observan el lugar desde el que cayeron al vacío varias personas.
Policías franceses observan el lugar desde el que cayeron al vacío varias personas.REUTERS

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