El omnipresente
Aunque sólo algunos le han conocido personalmente, la mayoría de estos jóvenes tienen frente a Jordi Pujol una impresión de familiaridad, como ese saludado por la familia que aparece cuando uno menos lo espera y que tiene en su cabeza los nombres de todos los catalanes. El poeta Josep Pedrals, por ejemplo, recuerda la primera vez que le vio, siendo niño, en el santuario de Montserrat: "Mi padre me subió a hombros y le descubrí entre el gentío. Poco después, vino a saludarnos: 'Hola, Pedrals!', dijo. Mi padre le conocía porque había sido consiliario general del escultismo cuando Pujol era scout". Esta proximidad personal la resume con humor Montse Soler: Pujol es como "un dibujo animado (...), un personaje de Barrio Sésamo: pequeño, calvo y con carisma". Beth Rodergas, la cantante de Operación Triunfo, es más cauta porque, según ella, empíricamente no se puede comparar a Pujol con nada más.
Si dejan a un lado las ideas políticas, estos jóvenes de la generación del pujolismo suelen reconocerle al presidente de la Generalitat su gran dosis de carisma y personalidad, su éxito popular: "Mi familia es socialista, pero Pujol siempre me ha parecido un hombre de mucha cabeza", dice Francisco Arza. "Ha sido un gran embajador de Cataluña ante el mundo", reconoce Montse Soler, y Joan Tous parece matizarlo: "Pujol tomó las riendas en un momento difícil. Ha defendido Cataluña, pero se ha arrodillado demasiado". Además, los conceptos Pujol y pujolismo parecen inseparables. Ramón Rodríguez opina que gracias a Pujol puede decir que ha tenido "cole gratis y Seguridad Social", pero también que si quiere irse a vivir con su novia, tendrá que hacerlo fuera de Barcelona.
Otra identificación que con los años se ha afianzado es la de Pujol con Cataluña. Para muchos jóvenes, el vacío que deja va a ser clave en las elecciones: "A la gente le va a costar. Casi será inconcebible imaginarse Cataluña sin él", afirma Mayra Olivia Lucas-Mas, y en un registro parecido, Júlia Humet constata: "Pujol ha hecho una política muy personalista. Hasta ahora había mucha gente que no votaba a Convergència, votaba a Pujol, y esto va a notarse".
En cuanto a la herencia que deja el presidente de la Generalitat, los jóvenes se muestran más críticos: "La depredación continua", afirma Mariana Boadella. "Desde el punto de vista de la conservación y el cuidado del medio ambiente, los efectos del pujolismo han sido tremendos". El actor Biel Durán lo sintetiza en una frase: "La mejor herencia que han dejado estos 23 años de pujolismo son las ganas de cambiar".
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