"El trato a los jóvenes científicos no corresponde a su cualificación"
Con sólo 35 años, Carlos Peña Garay lleva tres siendo el científico español con artículos de investigación más citados en el área de física de partículas, un mérito que acaba de serle reconocido con el Premio Novel de la Real Sociedad Española de Física. Los 20 artículos científicos sobre oscilaciones de los neutrinos solares que ha publicado con los resultados de su tesis doctoral, realizada en el Institut de Física Corpuscular de Valencia (IFIC), demuestran que, contrariamente a lo que se presuponía desde hace décadas, estas partículas tienen masa. La importancia de este trabajo no ha pasado inadvertida a la institución de física teórica más importante del mundo. El Instituto de Estudios Avanzados (IAS) en Princeton (EE UU), construido en 1930 para albergar a Albert Einstein, acaba de prorrogar los tres años del contrato de Carlos Peña a cinco, lo que le convierte en el primer español en conseguir una relación laboral de esta duración con este prestigioso centro. A la actividad científica de este asturiano que estudió la carrera en la Universitat de València, hay que añadir el compromiso de Peña con las reivindicaciones de la Federación de Jóvenes Investigadores-Precarios, de la que fue presidente nacional durante dos años.
"Con los neutrinos aprendemos del Universo desde el interior de una mina"
"Los avances en ciencia básica están en la base del desarrollo de una nación"
Pregunta. ¿Cuándo supo que quería ser científico?
Respuesta. Soy el undécimo hijo de una familia de 15 hermanos y uno de los primeros que tuvo la oportunidad de estudiar. Desde bien pequeño me interesó la ciencia. Estudié química y luego física. Aterrizar en el IFIC ha sido de lo mejor que me ha pasado. Allí, una investigadora joven, Concha González García, me dirigió la tesis sobre oscilaciones de los neutrinos y la elección resultó muy acertada.
P. ¿Cuál es la relevancia de tus investigaciones?
R. Los neutrinos son unas partículas que se producen en el interior del sol y hasta hace poco se consideraba que tenían masa cero. Con los años se ha descubierto que los neutrinos solares "cambian de sabor", lo que significa que una parte de los neutrinos se transforman en otro tipo de neutrinos indetectables. La relevancia de mi trabajo de 1998 a 2002 tiene que ver con el análisis de datos de los experimentos más recientes sobre neutrinos, en particular, en Japón en el detector denominado Superkamiokande, un tanque de 45.000 toneladas de agua; y en el Sudbury Neutrino Observatory (SNO) de Canadá, un tanque de 1.000 toneladas de agua pesada (D2O), ambos situados en el interior de una mina. Hemos demostrado que los neutrinos cambian de sabor porque tienen masa.
P. ¿Por qué estudiar los neutrinos desde el fondo de una mina?
R. Se puede decir que con los neutrinos aprendemos del Universo desde el interior de una mina. Los neutrinos procedentes del Sol llegan a la Tierra y la atraviesan. Muy pocos chocan contra ella. Esto es una desventaja porque los detectores tienen que ser muy grandes para poder detener a algún neutrino, pero por otro lado es una ventaja porque en el interior de una mina, la montaña actúa de filtro y no hay muchas partículas que puedan atravesarla, pero sí los neutrinos.
P. ¿Considera que has tenido mucha suerte en el trabajo?
R. En investigación nunca sabes cuál va a ser el resultado. He tenido suerte y he trabajado mucho. Soy afortunado porque puedo hacer lo que me gusta y para lo que estoy preparado, cosa que no les sucede a muchos jóvenes que después de formarse durante años tienen que abandonar la investigación porque no les dan ninguna oportunidad. Desafortunadamente, el trato a los jóvenes investigadores mediante becas no corresponde a su cualificación y muchos abandonan la carrera a pesar de su excelente capacitación.
P. ¿Le gustaría volver a España?
R. Sí, sobre todo por motivos personales. Además, España me ha permitido estudiar, he obtenido becas durante varios años, y es injusto que el beneficio de esta formación se lo lleve otro país. Pero volveré o no según lo que me ofrezcan, es decir, si hay puestos para investigadores en ciencia básica. Como estudiante de doctorado me he sentido muy humillado por la Administración: nunca me pude programar mis gastos porque no sabía cuándo me iban a pagar. De cada cuatro veces, pagaban una cuando debían. En el IFIC me dieron todas las facilidades para trabajar, pero mis condiciones económicas han sido fatales por la política de becas.
P. ¿Cómo es su vida en el Instituto de Estudios Avanzados de Princeton?
R. Allí tengo un contrato estable y mi vida gira exclusivamente en torno a la investigación. Al contrario de lo que sucede en España, en el IAS no tienes que preocuparte de nada más que de tu investigación. Creo que la sociedad española tiene que darse cuenta de la importancia de la investigación y preguntar a la Administración cuál es el programa de ciencia y tecnología que tenemos en nuestro país. Los avances en ciencia básica están en la base del desarrollo de una nación y en España nuestros políticos no acaban de darse cuenta de ello.
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