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Reportaje:ELECCIONES EN CATALUÑA

Promesas, compromisos y brindis al sol

Los programas sobre infraestructuras de socialistas y convergentes difieren en el contenido y en la extensión

Los programas de CiU y del PSC en materia de infraestructuras son muy diferentes. Muchísimo. Lo primero, en extensión: el de los nacionalistas ocupa cuatro escuetas páginas con más color que texto; el de los socialistas, 25 folios escritos a un solo espacio. Los textos convergentes no son demasiado precisos. Tampoco ambiguos. Más bien se mueven en la concisión autocomplacida. Como todo está bastante bien, sólo queda mejorarlo y reclamar algunas cosas más al Gobierno central.

El programa nacionalista se divide en tres partes: el tráfico, el transporte público y una tercera titulada Cualquier lugar del mundo que remite a puertos y aeropuertos.En materia de tráfico, CiU propone cosas que dependen del Gobierno de la Generalitat y otras que dependen del Gobierno central o, incluso, de otras voluntades más etéreas, como sucede cuando se afirma la voluntad de "reducir los accidentes el 53% y las víctimas el 57%". En este apartado, los socialistas son más imprecisos y se conforman con una reducción del 50%, o dicho paladinamente, a la mitad.

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Entre las propuestas cuya ejecución depende directamente del Gobierno catalán, el programa de CiU incluye la redacción del segundo plan de carreteras, la mejora de la red transversal y diagonal (no especifica cuál es una y cuál es la otra), la mejora de los accesos a las ciudades y el refuerzo de la red transversal metropolitana, y añade: "Continuaremos reduciendo progresivamente los peajes". Esto último depende sólo parcialmente del Ejecutivo catalán, que tiene competencias sobre las autopistas costeras (Garraf y Maresme), los túneles del Cadí y Vallvidrera, y la Rubí-Terrassa-Manresa. En los dos últimos años, sin embargo, no sólo no se ha producido ninguna rebaja, sino que ha habido incrementos en todas ellas, así como en las concesiones del Gobierno central.

Si las propuestas en materia de tráfico son, en general, "mejoras" y continuidades de lo ya hecho o anunciado, lo mismo pasa en el apartado del transporte público. CiU propone "aplicar el Plan Director de Infraestructuras", ya pactado hace meses con las administraciones central y local en el horizonte de 2010, y "continuar ampliando" horarios y frecuencias, además de seguir mejorando la accesibilidad.

Hay algunas novedades: un "metro ligero" (tranvía) entre Reus y Tarragona, aparcamientos en las estaciones de ferrocarril (ambas propuestas figuran también en el programa socialista) y la línea 12. El programa de CiU incluye también la 9, iniciada hace meses y visitada en media docena de ocasiones.

La línea 12 no figura en el programa socialista porque no hay unanimidad sobre su conveniencia. Se trata, en apariencia, de un tren que iría de Sarrià a Castelldefels cruzando el Baix Llobregat. El asunto es que los alcaldes de esta comarca tienen serias dudas de que sus habitantes, cuando van a Barcelona, se dirijan a Sarrià. Más bien tienden a pensar que van al centro y creen que dejarlos en el límite de la ciudad supone obligarles a utilizar un segundo transporte con el consiguiente añadido de tiempo. Para poner un ejemplo: el tren de Castelldefels a Sants tarda menos de 20 minutos. Si se quiere ir a la plaza de Catalunya o a la zona de Diagonal-paseo de Gràcia, habrá que añadir otros 10 minutos de metro. Alguien que tomara la línea 12 en Castelldefels para ir a la plaza de Catalunya necesitaría al menos media hora para llegar a Sarrià y entre 20 y 25 minutos para desplazarse hasta el destino definitivo. Casi una hora.

Frente a estas propuestas, los socialistas han elaborado una batería amplia que, eso sí, parte de que no sólo no está todo hecho, sino que hay déficit notables: en carreteras, trenes, metros, puertos y aeropuertos.

Hay algunas coincidencias (plan de carreteras, aparcamientos en las estaciones), pero con diferencias de precisión. Por ejemplo, los socialistas especifican que estos aparcamientos no serán gratuitos y que el precio irá combinado con el billete del transporte público.

En materia de carreteras, los socialistas proponen crear 500 kilómetros más de autovías, hasta conseguir que el 60% del territorio se halle a menos de 15 minutos de una vía rápida. En estos momentos lo está sólo el 21%. La propuesta del PSC sobre peajes es mucho más detallada que la de CiU. Se creará un fondo con los impuestos de las concesionarias (IVA más el de sociedades), al que habrá que añadir la parte proporcional que ingresa la Generalitat. Y también las concesionarias deberán aportar el incremento de ingresos que sea consecuencia del aumento de tráfico. Esta medida depende en parte del Gobierno catalán y en parte del central.

Entre las que dependen en exclusiva de la voluntad catalana, destacan la construcción de un carril para autobuses y coches con varios ocupantes en los accesos de las ciudades; la supresión de los peajes en las vías de accesos que no tengan un transporte público potente o una autovía libre en paralelo; el fomento del uso de vehículos ecológicos, tanto en materia de transporte público (con el objetivo de que el 20% sean de gas o biocombustible en el año 2020) como en el caso de los privados, a los que se incentivará con peajes y aparcamientos públicos gratuitos y con una reducción del impuesto de circulación. También se ofrecen ayudas fiscales al cultivo y la producción de biocombustibles.

La imprecisión del apoyo de CiU a la bicicleta se transforma en un minucioso proyecto, en el caso socialista, con descripción de rutas verdes y la reserva de espacio, además de en las grandes ciudades, en carreteras secundarias durante los fines de semana.

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