"Soy una cateta ilustrada y de ciudad"
Entró en la política profesional casi pidiendo permiso. Cuando algunos vieron que esta mujer de suaves maneras ganaba las primarias de Málaga a un peso pesado del PSOE, comenzaron a atacarla con dureza y sin cuartel desde diversos frentes y tribunas. Algunos la ubicaron en un llamado clan de los catetos, en el que estarían sus compañeros de partido Salvador Pendón (alcalde de Ardales) y Juan Fraile (ex alcalde de Ronda).
Pregunta. ¿Es usted cateta?
Respuesta. (Risas) Siempre he sido mujer de ciudad y por lo tanto, aunque se nos ha incluido en un clan en Málaga, que es el de los catetos, creo que la lucha por quienes tienen más dificultades y por quienes sufren más desigualdades siempre ha estado en mi impulso para trabajar en el ámbito en el que me encuentre. Si eso es ser cateto, estoy en esa situación de ser cateta.
"En todos los caminos de la vida florecen las dificultades. En la política, también"
"A la hora de recoger firmas para Zapatero, yo no buscaba un premio personal"
"Perdí la sensación de ser mujer-cuota. La tuve en mi primera ejecutiva y me sentaba muy mal"
"El punto inconformista y rebelde de los 60 no se nos debe ir nunca, aunque suene a añejo"
P. En todo caso, es una cateta ilustrada, porque es licenciada, no como otros.
R. Soy una cateta de ciudad, porque no he pisado nunca un pueblo. Y sí, tengo una licenciatura universitaria y mucha experiencia profesional en temas que afectan directamente a las personas.
P. Se inició en la política de manera más profesional en 1999. ¿Qué la decidió a dar ese paso?
R. El partido me llamó y me dijo que me necesitaba para incluirme en las listas al Ayuntamiento de Málaga. No había tenido nunca un planteamiento de saltar al escenario político institucional, pero cuando el partido me lo pidió lo acepté sin más.
P. En diciembre de 2000 fue elegida secretaria provincial con el apoyo de Salvador Pendón y Juan Fraile. ¿Esos apoyos provocaron que algunos dirigentes del PSOE malagueño, como José Asenjo, ex visecretario regional, se pusieran frente a usted?
R. No, en aquel caso José Asenjo también apoyó la candidatura. Es verdad que él tenía otro candidato, pero fuimos capaces de hacer una candidatura única, que él apoyó también.
P. De todos aquellos líos que en su día hubo en el partido socialista en Málaga, ¿qué queda?
R. Queda la historia, a la que nunca se puede renunciar, y queda un horizonte por delante de muchísimo trabajo y de seguir incidiendo en conseguir el compromiso político y social de toda la militancia y, por supuesto, de aparecer ante los ciudadanos como un partido comprometido realmente con sus ideas.
P. ¿Cómo ha salido de ese periodo de crisis, más reforzada, con más experiencia, con alguna herida sin cicatrizar...?
R. En todos los caminos que se andan en la vida, las dificultades florecen. En este caso, también. Un camino político no es un camino de rosas, tiene sus dificultades, y eso hace que uno aprenda más, que cada vez intente uno superarse en la toma de decisiones y en la manera de conformar equipos. Todo ello para sumar al mayor número de gente en un proyecto en el que muchos creemos, y no sólo los afiliados.
P. Usted ganó unas primarias a Francisco Oliva. ¿Recomienda las primarias después de haber pasado por esa experiencia?
R. Las primarias, como todas las cosas, tienen su cara y su cruz. La cara es que es un proceso democrático y creo que es muy importante hacer partícipe a la militancia de las decisiones importantes que hay en el partido. La cruz: hay un espacio de tiempo en el que se abre una confrontación entre compañeros; si esa confrontación no se sabe llevar bien, se corre un riesgo, sólo que es temporal. Habría que revisar las primarias y reducir el tiempo de duración, para evitar que esa posible confrontación se pueda visualizar como una división interna.
P. Ahora mismo es portavoz en el Ayuntamiento, secretaria provincial, vicepresidenta de la Diputación. ¿Demasiados cargos? ¿No debería repartir juego?
R. Hay mucho juego repartido. El trabajo que se está haciendo desde la portavocía del Ayuntamiento es serio, de envergadura y responde a las aspiraciones que he percibido en los ciudadanos que nos han prestado su confianza. Respecto a la Diputación: es verdad, soy vicepresidenta, de lo cual me considero muy orgullosa, pero no tengo carga de responsabilidad directa, con lo cual hay una presencia política mía como secretaria general en la institución que gobernamos en la provincia. Hacer compatible el trabajo institucional con el trabajo de partido es algo a lo que los socialistas hemos estado acostumbrados en la historia. No he conocido a ningún secretario general en la historia de Málaga que no haya hecho compatible su trabajo orgánico con el institucional.
P. ¿Por qué se insiste entonces en lo de acaparar cargos?
R. Yo no le daría demasiada relevancia. Es verdad que se dice, pero también es verdad que es una minoría quien lo dice. La mayoría del partido comparte mi posición.
P. Pero una de las personas que lo dice es José Aurelio Aguilar, el número dos del partido en la provincia de Málaga.
R. José Aurelio, y así lo he planteado algunas veces, se equivoca en sus planteamientos. Tiene toda la libertad del mundo para hacerlo, pero no los comparto y me consta que tampoco lo comparte la mayoría del partido.
P. ¿Se imaginaba hace tres o cuatro años subida en una tribuna arengando masas?
R. No. Nunca se me pasó por la imaginación.
P. ¿Cómo vivió su primer mitin?
R. Con el peso de una gran responsabilidad y con una fuerza que me daba realmente una ilusión tremenda en un proyecto en el que creo firmemente.
P. ¿Tuvo algún maestro o simplemente salió y se puso a hablar?
R. De todo un poco. La verdad es que a la velocidad en que se producen estas cosas, hay poco tiempo para una formación realmente seria y adecuada.
P. ¿Quién le gusta más dando mítines, Zapatero o Felipe González?
R. Los dos. Cada uno tiene su perfil. Felipe se caracteriza por una fuerza tremenda. José Luis da mítines muy sensibles, porque habla de temas que afectan a los ciudadanos de una manera muy transparente y muy clara.
P. Usted logró un 30% más de votos que su antecesor y redujo la distancia con el PP de 28 a 13 puntos. Sin embargo, las primeras lecturas que hicieron algunos dentro y fuera de su partido es que había fracasado. ¿Por qué?
R. Eso tendrían que explicarlo ellos. Es cierto que, incluso por compañeros del partido, no se supo valorar el trabajo de reducción de distancias que se logró en las elecciones municipales. La distancia que había era de 10 concejales y la hemos bajado justo a la mitad, ahora estamos en cinco concejales. Es lógico que haya compañeros dentro del partido que, como todos, aspiren a seguir mejorando. Pero también es cierto que a veces se plantea un mayor nivel de exigencia a quienes hemos tenido un buen resultado y a otros compañeros ese nivel de exigencia no se les establece.
P. Cuando presentó su programa dijo que era un programa inconformista y rebelde. ¿Usted lo es?
R. Sí.
P. Eso de "inconformista y rebelde" suena un poco blando, algo muy de los años sesenta...
R. Los años sesenta marcaron mucho a nuestra generación. Ese fondo lo sigo teniendo ahí. Ese punto de inconformismo y de rebeldía no se nos debe ir nunca, aunque suene a añejo, a quienes somos progresistas.
P. Una de sus frases de campaña: a veces es más eficaz una farola que un policía.
R. Sí, es verdad. Y no es que lo diga yo, sino el sentido común. En Málaga hay zonas muy deterioradas donde la inseguridad ciudadana es muy sentida por la ciudadanía. Pero el PP opina que no hay ningún problema de inseguridad y que cada día estamos más seguros...
P. ...aparecen últimamente cadáveres descuartizados...
R. ... sí, nos encontramos los cadáveres por las cunetas y en los contenedores. Independientemente de la dotación de policía, que hemos reclamado permanentemente, hay otras fórmulas que están contrastadas en otros países: con una buena iluminación y una ciudad más limpia se tiene una ciudad más segura.
P. Usted habla también mucho de aplicación de políticas sociales a los delincuentes, pero parece que eso va contracorriente, porque incluso líderes importantes de su partido piden más policías, más policías. Se parecen a la derecha...
R. No. No son incompatibles. Hay dos cuestiones: una, que la dotación de policía debe aumentar porque hay déficit; ha habido un número de bajas muy importante que no se ha cubierto. Pero no creemos que la solución al problema de la inseguridad ciudadana sea sólo policial. Trabajar en la prevención es también fundamental.
P. En el tema de la inmigración parece que usted también va un poco contracorriente: habla más de legalizar y de integrar que de repatriar y poner muros.
R. En función de la actitud que el PP ha tenido respecto a lo que ellos denominan problema, y creo que no hay que denominarlo así, ha ido empeorando la situación de la inmigración. Los hechos lamentables que hemos vivido estos últimos días (muerte de 36 inmigrantes cerca de Rota al naufragar una patera) ponen de manifiesto que hay que hacer un trabajo importante en política exterior, por un lado, y, por otro, un trabajo de legalización y de normalización de la vida de esas personas en este país. Tenemos que ser solidarios, como lo fueron otros países con nosotros cuando en España había unas situaciones de vida indeseables. Los inmigrantes pueden integrarse con nosotros, pues vienen a colaborar en muchas cuestiones que nos van a hacer falta en el futuro.
"No me he aburguesado por cambiarme de barrio"
P. Usted ha puesto en marcha un seminario político, Socialismo es futuro. En la presentación, dijo: "ya no sirven las recetas socialdemócratas de los años noventa y la experiencia de la tercera vía británica". ¿Qué es lo que sirve entonces?
R. Estamos en la búsqueda de nuevas respuestas y soluciones a las nuevas demandas sociales.
P. Las soluciones a los problemas eternos son permanentes. La pobreza significa lo mismo hace mil años que ahora y la solución es parecida: repartir mejor. Esas parecen verdades inamovibles.
R. Es cierto que hay verdades inamovibles. Pero ahora tenemos que buscar el instrumento de cómo hacemos realidad esa verdad o cómo nos acercamos más a esa verdad. La verdad está ahí...
P. Esas búsquedas casi siempre terminan poniendo en práctica experimentos que resultan gaseosos, que se difuminan y confunden...
R. Esos riesgos se corren, pero creo que es importante que en nuestra organización haya primero formación e información sobre los temas que son importantes y después se produzca el debate político e ideológico. Para mí, esto es una prioridad en mi partido y quiero que los militantes socialistas hablen de estas cosas.
P. Hablando de terceras vías: usted recogió firmas a favor de José Luis Rodríguez Zapatero cuando se presentó a las primarias en el PSOE. ¿Quién consiguió más, usted o José Asenjo?
R. Asenjo quiso mantenerse al margen de pedir firmas para nadie. Por tanto
yo conseguí más.
P. Pero el premio se lo dieron a él al nombrarlo miembro de la Ejecutiva Federal.
R. En ningún caso, a la hora de recoger firmas, estaba yo buscando un premio personal, sino el premio del partido, que fue tener a ese secretario general.
P. ¿Se ha desinflado un poco el globo de Zapatero?
R. No. Zapatero está muy consolidado como alternativa clara al Gobierno del PP. Y muy consolidado respecto a un candidato del PP (Mariano Rajoy) que está empezando a despegar con un vuelo muy bajo.
P. Usted pertenece a la agrupación Miraflores. ¿Sigue en ella?
R. Sí.
P. Sin embargo, se cambió de barrio. Miraflores era un barrio popular y obrero y ahora vive en Guadalmar, que es una zona residencial. ¿Se ha aburguesado?
R. El aburguesamiento de las personas empieza en la cabeza y mi cabeza sigue estando en el mismo sitio: siempre he sido una luchadora para reducir las desigualdades sociales. Ésa ha sido mi guía de vida y seguirá siéndolo durante mucho tiempo. En ese barrio de Miraflores, donde está mi agrupación y donde yo anduve los primeros pasos políticos, siguen viviendo mis padres y mis suegros. (Se emociona)
"Tengo fuerza para poner en su sitio a quien sea"
P. Por su físico, no parece usted de armas tomar. Quizás por eso no impone más orden y disciplina en el partido en Málaga.
R. Málaga siempre se ha caracterizado por ser una provincia fuerte en temas internos. Pero en estos momentos hay un buen clima de trabajo en el partido. Es verdad que ha habido declaraciones de algunos dirigentes contrarias a mí, no sólo de la ejecutiva provincial sino también de la regional, pero se cuentan con los dedos de una mano, y no van más allá del ruido que han intentado hacer.
P. ¿La apariencia de mujer frágil la utiliza para engañar a sus contrincantes o se crece ante el enemigo?
R. Hay opiniones de todas clases: unos dicen que tengo apariencia de mujer frágil; otros, que tengo una apariencia de muchísima dureza. Tengo fuerza y valentía para poner en su sitio a quien tenga que poner y cuando lo tenga que poner, para pelear por los intereses de Málaga y de los malagueños.
P. Cada vez hay más mujeres en la política, o al menos destacan más. ¿Las mujeres en Andalucía, imparables?
R. Debemos serlo. En esta comunidad, las mujeres hemos sido capaces de abrir un espacio para estar en ámbitos importantes, políticos, culturales y de otro tipo. Todavía queda mucho camino por andar y nosotras tenemos mucho que hacer. Las que hemos llegado primero debemos abrir muchas puertas a las demás.
P. ¿Las mujeres del PSOE mandan ya en el partido o siguen siendo cuota?
R. Esa sensación de ser cuota la perdí hace tiempo. La primera vez que entré en la ejecutiva provincial de Málaga (en 1996) sí me sentía mujer-cuota y además me sentaba muy mal. Ahora, cuando hablo con compañeros que son secretarios generales de otras provincias, me considero absolutamente en igualdad de condiciones que ellos.
P. Concha Caballero (IU), en una entrevista como ésta, decía que hay dos tipos de mujer en política: la que asume los valores masculinos y actúa como los hombres, y ahí ubica a Magdalena Álvarez [Consejera de Economía], y la que ella denomina "mujer solamente sensible" que se preocupa por los temas sociales y no disputa el poder. ¿En cuál de esos apartados se inscribiría usted, si es que los acepta?
R. No los acepto. Si yo he peleado por la igualdad, creo que el rol que tenemos que ejercer en política debe ser el mismo independientemente de que seamos hombre o mujer. Por lo tanto, aceptar eso, en principio, es aceptar una diferencia que yo no comparto.
P. Muchas veces se diseña un equipo de gobierno y se dice: bueno, esta persona, que es mujer, pues a asuntos sociales. ¿Sigue siendo así?
R. Sí, es verdad que a la hora de hacer un reparto de responsabilidades por parte fundamentalmente de quienes están en el poder, que son mayoría de hombres, se tiende a darnos la parte relacionada con el tema social. Pero nosotras estamos convencidas, y ya se está poniendo de manifiesto, y la propia Magdalena Álvarez es un clarísimo ejemplo de ello, que las mujeres hemos tenido la suerte de alcanzar una formación y una capacitación para abordar cualquier tema en función de la propia formación que hemos logrado. Por lo tanto, hay que ir desterrando ese tipo de cuestiones.
P. Usted ha dicho que de niña tenía miedo de los rojos sin saber que usted misma era una de ellos. ¿Ahora a quién teme, a los azules?
R. (Risas) No, no. Creo que ese temor ha desaparecido...
P. ¿... el de los rojos...?
R. ... por suerte...
P. ... ¿y a los azules, no les teme?
R. Es que los rojos somos de otra manera. Somos mucho más comprensivos y tenemos otra dimensión de las cosas. Y no nos gustan los azules, pero no les tememos.
"Tenemos que recuperar credibilidad en la Costa"
P. ¿Por qué el PSOE perdió poder en la Costa del Sol a manos de los independientes?
R. Los grupos autodenominados independientes se instalaron allí y eso ha producido un efecto muy negativo en la Costa. Se planteó hace algún tiempo, cosa que luego no sirvió, que los partidos democráticos debíamos realizar un trabajo de recuperación y regeneración de la calidad democrática. Pero con los pactos con el GIL, aquello se fue rompiendo. Desde luego, nosotros los socialistas, como partido de izquierdas y progresista, hemos tomado buena nota de lo que ahí estaba ocurriendo...
P. Habla de la Costa como si fuera un mero testigo, pero el PSOE fue un protagonista importante. ¿Qué hicieron mal para dejar paso a los giles?
R. Lo que hizo mal el PSOE fue que no respondió a lo que los ciudadanos querían. Por eso hubo el descalabro que hubo. Ahora nos toca buscar esa recuperación de la credibilidad social.
P. ¿Cómo?
R. Tenemos que marcar unas políticas muy claras para que las perciba el ciudadano, que se diferencian de las políticas de los independientes y de la derecha, que son muy localistas. Es necesario trabajar en la Costa con una visión de área metropolitana.
P. ¿Le ha hecho mucho daño al PSOE la fuga de Isabel García Marcos?
R. Siempre hace daño que alguien que está en tus filas se convierta en tránsfuga.
P. ¿En qué ha quedado la petición de disolución de la Corporación que pedían todos los partidos, por cierto una aberración jurídica?
R. ¿Una aberración? Yo fui de los que pensaban que había que disolver ese Ayuntamiento por las condiciones excepcionales que se habían dado.
P. Los expertos dijeron que les parecía una aberración jurídica.
R. En un documento que firmamos todos los partidos en el Parlamento pedíamos que se analizase la viabilidad de la disolución. Estamos a la espera. Nunca se había dado en este país una circunstancia tan excepcional como la que se dio en el Ayuntamiento de Marbella. Con la moción de censura, quedó un mapa político, a muy pocos días de las elecciones, que nada tenía que ver con los resultados salidos de las urnas.
P. ¿Cómo está ahora el PSOE en Marbella?
R. Hay una gestora y se busca la normalización. Para finales o primeros de año, se convocará una asamblea y habrá una dirección local.
P. ¿Está de acuerdo con que una empresa constructora, que realiza obras en Estepona, entregue al Ayuntamiento una donación para pagar los salarios de sus trabajadores?
R. No. Lo he dicho esta semana: no me parece que ésa sea la fórmula más idónea.
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