Vivir de las aseguradoras

Joaquín M. G.-C., de 48 años, había hecho del fraude su forma de vida. En los últimos dos años había presentado 78 partes de siniestro a 11 compañías aseguradoras. Redactaba facturas falsas o se inventaba los problemas domésticos e incluso los robos. Después las pasaba a las distintas empresas, por lo que llegaba a cobrarlas hasta una decena de veces. Esto llevó a las aseguradoras afectadas a informar de este cúmulo de siniestros a una empresa especializada en investigación, que destapó los fraudes. La Jefatura Superior de Policía de Madrid ha detenido a Joaquín M. G.-C., acusado de 78 estafas.

La supuesta fatalidad que padecía el ahora detenido le llevó a sufrir en apenas 20 meses múltiples accidentes. Se le rompió el plato de ducha ocho veces; los cristales, en otras 11 ocasiones, o la encimera de mármol de la cocina, en cuatro. Además, se le perdieron las llaves de entrada a su casa 17 veces. También era el objetivo de los ladrones: sufrió 25 atracos en la vía pública, por lo que las aseguradoras tenían que pagar el dinero y los efectos personales que portaba.

La voz de alarma la dio una compañía de seguros que comprobó que el ahora detenido había denunciado, en menos de un año, varios siniestros muy parecidos. El departamento antifraudes de esta empresa trasladó los expedientes a Gesterec, una compañía especializada en peritaje e investigación de siniestros y causas. "En principio no eran muy llamativos los pagos, porque se trataba de pequeñas cantidades", señaló José Luis Nieto, director de Gesterec.

La máquina de escribir

Sin embargo, algo fallaba en los expedientes de Joaquín. Las facturas que presentaba a las aseguradoras siempre estaban rellenadas por una máquina manual de escribir. Si las

compañías se retrasaban en el pago, el asegurado presentaba una reclamación por la demora también en máquina de escribir manual. Los peritos de esta empresa cruzaron todos los documentos presentados y se dieron cuenta del engaño: la máquina era la misma, lo cual era imposible. Tenía dos fallos principalmente: las matrices de la e y la r estaban desplazadas y el ahora detenido siempre empleaba un acento francés.

Cuando los expertos de Gesterec estaban a punto de redactar el informe, les llegó una reclamación, en este caso de otra compañía aseguradora, pero referida al mismo cliente. Esto fue la prueba definitiva. Presentó las mismas denuncias y las mismas facturas a las dos empresas. Gesterec pasó el caso por el resto de sus clientes y al final destapó que el detenido había defraudado supuestamente a 11 compañías.

Para ello utilizaba varios métodos, como el hacer seguros de su vivienda a nombre de su madre, que era ajena a todos los tejemanejes de su hijo. Se encontraba ingresada en una residencia de ancianos. Joaquín falsificaba su firma.

Los agentes del grupo IX de la Brigada de Policía Judicial, especializados en la lucha contra estafas, se hicieron cargo del caso y comprobaron que el detenido llegó a presentar hasta siete veces parte de un supuesto robo con intimidación (un atraco) sufrido en el parque del Retiro. Joaquín M. reconoció los hechos ante los investigadores, según fuentes policiales, y exculpó a su madre.