Ciencia sostenible para un futuro mejor
La naturaleza no tiene piedad. Quienes entienden la naturaleza saben que sus fuerzas no pueden ser controladas y que para hacer realidad un futuro sostenible debemos alcanzar un equilibrio con estas fuerzas. Con la revolución tecnológica pasamos de la exploración del mar y las sociedades agrícolas a forzar su implantación arrasando la naturaleza. Nuestro entorno, tanto en nuestros hogares como en los océanos o en los cielos, se han construido en un intento de controlar y alejarnos de la diversidad y del carácter imprevisible de la naturaleza. Afortunadamente, hemos empezado a darnos cuenta de las limitaciones y peligros que esta perspectiva entraña.
Desde el primer vuelo espacial de Gagarin hasta el desarrollo de los satélites controlados desde de la Tierra, la industria aeroespacial ha desempeñado un papel clave en concienciar sobre la fragilidad de nuestro planeta: el tamaño de la Tierra se redujo y nació la concienciación y preocupación mundial. También ha contribuido a desarrollar el conocimiento, el entendimiento y las herramientas fundamentales para la materialización de un futuro más sostenible, como las turbinas de viento y la energía solar.
La tecnología y la ciencia nos están proporcionando la oportunidad de desarrollar un futuro sostenible y apasionante, un futuro que va más allá de las concepciones tradicionales y negativas de la sostenibilidad -reducción de la población, movilidad, lujo, etc.- para llegar a una concepción fundamentada en la premisa de aprovechar las fuerzas cambiantes de la naturaleza, utilizando estas fuerzas, como el viento y el sol, en nuestro beneficio sin destruir la naturaleza, y conservando al mismo tiempo nuestra capacidad para planificar y desenvolvernos dentro de sociedades complejas. Podemos volver a soltar amarras, pero esta vez impulsados por el sol y unos vientos predecibles.
Como hemos dicho anteriormente, la naturaleza no perdona y castiga los errores. Por lo tanto, las soluciones tecnológicas que desarrollemos deben basarse en los principios fundamentales de la ciencia y las matemáticas y en una integración de estas disciplinas, para poder satisfacer las exigencias de un futuro sostenible. La tarea de la comunidad científica consiste en establecer un entorno académico multidisciplinar y exclusivo para la investigación y el desarrollo de tecnología sostenible, un entorno capaz de formar a la próxima generación de científicos en las destrezas y el conocimiento necesarios para el desarrollo de un mundo positivamente sostenible.
El desafío es considerable, aunque es un desafío positivo que pondrá a prueba nuestros poderes de inteligencia e innovación. La importancia y emoción de este trabajo atraerá la energía de los jóvenes. Lo propio es que mi generación, la generación que desafió las fronteras de la aviación y el espacio, sea responsable de proporcionar un marco para que esta generación cumpla los desafíos de crear un futuro sostenible.
Wubbo J. Ockels es profesor de Aeroespacio para Tecnología y Energía Sostenibles de la Universidad Técnica de Delft, miembro del Gran Jurado del Premio Descartes de la Unión Europea de este año y primer astronauta holandés.
