El presidente del Gobierno asegura que no volverá a dirigir nunca más el PP

El presidente del Gobierno, José María Aznar, afirmó ayer que su retirada del liderazgo del Partido Popular es irrevocable, ya que no volverá a dirigirlo después de que se retire de la primera línea de la política, una vez realizadas las elecciones legislativas del próximo mes de marzo. Aznar hizo esa afirmación tras concluir la cumbre hispano-lusa al hilo de una pregunta sobre las muestras de división que ha dado su partido en la última semana: las críticas de Rato al alcalde de Madrid, Ruiz-Gallardón, y las de Piqué a unas declaraciones de Mayor Oreja.

"Si hay un ejemplo de cohesión política en España, ése es el del partido que he dirigido hasta hace poco y que no volveré a dirigir, porque tiene ya un gran líder", manifestó Aznar en la rueda de prensa que realizó junto al primer ministro portugués, José Manuel Durão Barroso. El presidente del Gobierno había sido preguntado por si no cree que tal vez tenga que regresar a poner orden en las polémicas como las surgidas entre el vicepresidente primero del Gobierno, Rodrigo Rato, y el alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón, o entre el candidato popular a presidente de la Generalitat de Cataluña, Josep Piqué, y el presidente del PP vasco, Jaime Mayor Oreja. Aznar añadió que la pregunta le producía "una risa interminable", y aseguró que no creía necesario agregar ningún comentario.

La primera crisis en el PP le estalló el pasado lunes a Mariano Rajoy cuando se cumplían nueve semanas de su elección como líder del partido. No se había visto desde hace mucho tiempo al PP con una polémica interna. Hasta el punto de que ayer Aznar se vio obligado a recordar que él ha dejado totalmente las riendas del partido y no las retomará en ningún caso. "Ésta es la sexta y la última vez que me presento. No habrá otra", afirmó en el congreso del PP de enero de 2002. Tras la elección de Rajoy, el pasado 1 de septiembre, remacho: "No es una retirada a medias, me voy completamente".

La crisis estalló el lunes por partida doble en una reunión del PP. Rodrigo Rato lanzó la primera andanada: "Hay que hacer más con menos, como decía el anterior alcalde de Madrid". Los populares lo entendieron como una crítica autorizada al anuncio del alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón, de subir los impuestos para pagar la modernización de la capital.

Después, Mayor Oreja comparó "la herencia de ETA, que es el plan Ibarretxe, con la herencia de Jordi Pujol, que es la posibilidad de que Esquerra Republicana se convierta en el árbitro del Gobierno en Cataluña". Un comentario que dañó la campaña del candidato del PP catalán, Josep Piqué.

La crisis se agrandó al día siguiente. El alcalde de Madrid lanzó un órdago al líder del PP: le reclamó su apoyo explícito con la amenaza de dejar la alcaldía si no se le daba. Rajoy telefoneó esa tarde a Rato y a Ruiz-Gallardón para calmar los ánimos. El miércoles, en una entrevista en televisión, concedió cierto respaldo al alcalde madrileño y a Mayor Oreja. Sobre la polémica de la subida de impuestos, dijo que es "perfectamente conciliable" prometer bajadas, como hace el PP, y subirlos si "viene exigido por las circunstancias". Y a Mayor le dijo que "tiene razón" en criticar a ERC aunque nada tenga que ver con ETA.

Pero la polémica dentro del PP prosiguió el jueves. Piqué se quejó de que Mayor le había "roto la estrategia electoral" con su comparación, y los ministros Javier Arenas y Eduardo Zaplana salieron en defensa de Rajoy para defender lo "consolidado y sólido" que es su liderazgo. Éste, en cambio, sólo dijo que daba "el tema por zanjado". Tan zanjado que el viernes no aceptó pregunta alguna sobre este asunto en una rueda de prensa.