La banda de música de Sanlúcar

El equipo de gobierno del Ayuntamiento de Sanlúcar de Barrameda, con su alcalde, Juan Rodríguez (PP), a la cabeza, está dispuesto a no dejar títere con cabeza en la cultura de la ciudad. La labor de acoso y derribo que está manteniendo desde hace varios años contra los colectivos culturales de Sanlúcar han colmado la paciencia de muchos ciudadanos que asisten impasibles en estos días al lamentable espectáculo de cómo este equipo político se quiere cargar la banda de música Julián Cerdán.

La trayectoria de esta banda arranca en 1852, año en que fue creada la primera agrupación musical en la ciudad. Tiene, pues, más de 150 años de historia continuada que no consiguió alterar ni la República, ni la Guerra Civil, ni la dictadura de Franco. La actitud prepotente -e ignorante de la propia historia de la ciudad- de estos nuevos políticos locales les hace menospreciar e infravalorar el trabajo de unos músicos que, a lo largo de los años, han conseguido crear en Sanlúcar una entidad artística de primer orden, admirada y aplaudida en toda Andalucía. Pocas bandas andaluzas pueden jactarse del currículo y de los éxitos conseguidos por la banda sanluqueña. Pocas de ellas pueden enorgullecerse de tener tanto respaldo social entre el pueblo.

Las mayorías absolutas nunca son buenas y en Sanlúcar la hemos comenzado a sufrir. La situación social de nuestra ciudad es de una profunda crisis que los políticos y empresarios creen solucionar poniendo ladrillos y hormigón sin cesar, impulsando cofradías, romerías, niños y niñas que canturrean en la tele, corridas de toros y festejos varios para ocupar al pueblo con el vetusto pan y circo.

Pero así no se alcanza el progreso. Estamos hartos de que nos tomen por tontos. La cultura necesita una renovación completa y los medios de comunicación tienen una responsabilidad de cumplir en este reparto de funciones. De no ser así, todos estaremos pervirtiendo la esencia de la democracia, y los 25 años de Constitución, que tanto celebran algunos, serán años perdidos para todos, pues todo parece indicar que volvemos al punto de partida, a la "democracia orgánica" de Franco y no a la verdadera soberanía popular que, como la Constitución dice, "reside en el pueblo".

Que el PP local no siga por el errado camino de "todo para el pueblo pero sin el pueblo", pues esto nos conducirá, definitivamente, hacia una sociedad enferma y conflictiva, sin cultura y sin futuro.