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Apuntes

El campus de Burjassot cumple 25 años a la espera de culminar una lenta expansión

La Escuela Técnica Superior de Ingeniería se proyectará en el campus científico de Paterna

Este mes de septiembre se han cumplido 25 años desde que la antigua Facultad de Ciencias de la Universitat de València abandonara el edificio que sirve hoy de sede del rectorado en el campus de Blasco Ibáñez para extenderse al campus de Burjassot-Paterna, que actualmente aglutina los estudios de ciencias básicas, tecnología y salud. A las iniciales titulaciones de Biología, Física, Química y Matemáticas se han sumado trece titulaciones (entre primeros y segundos ciclos) lo que ha obligado al personal del campus a reubicarse en una superficie de 132.339 metros cuadrados (151.101 metros cuadrados construidos) según los datos del curso pasado facilitados por el Servei d'Anàlisi i Planificació (SAP) de la Universitat. Otra de las consecuencias ha sido la prolongación de este campus hacia el contiguo de Paterna donde se ubican los Institutos de Investigación de la universidad y donde se creará el campus científico con la Escuela Técnica Superior de Ingeniería e instalaciones deportivas. La escuela, que se proyectará sobre 48.500 metros cuadrados de superficie, de los más de 220.000 que la Universitat posee allí, permitirá descongestionar el campus y dotarlo de un edificio exclusivo para las seis ingenierías que se imparten de manera dispersa. Joan Pelechano, director de una Escuela sin territorio exclusivo, y decano interfacultativo del campus de Burjassot admite que los "edificios están obsoletos" y que dependen del tercer Plan Plurianual de Financiación para renovarlos y construir lo que queda". El mismo sentimiento atraviesa al decano de la Facultad de Biológicas, Javier Díaz, y a su predecesora, la primera decana del campus, María Ángeles Ull. "Siempre nos hemos sentido maltratados por los presupuestos de la Universitat porque, primero, se antepuso el campus de Tarongers y ahora que nos tocaba, se ha agotado la financiación", opina Díaz, que como Ull, advierte de que la fase expansiva del campus ha llegado con cuentagotas. "Cuando entré como profesor en el 78 tenía un despacho inmenso, ahora lo comparto con dos compañeros", apunta el decano de Biológicas. Carmen Bañó, secretaria de esta facultad esgrime que "la ausencia de una buena política de adquisición de terrenos ha generado que el campus quede entre un cementerio y RTVV". Una opinión que Pelechano rebate basándose en que "los espacios de la universidad son cesiones de terrenos públicos". Con respecto a la relación con el ayuntamiento de la localidad se ha pasado "de crecer de espaldas a Burjassot, a una estrecha vinculación". La Universitat genera beneficios.

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La pujanza de alumnos en las carreras nuevas resta matrículas a las clásicas. El decano de Matemáticas, Juan José Nuño, dice que es la primera vez que no hay números clausus. En Químicas, según la videcana Isabel Vázquez, quedan vacantes en las titulaciones de Química y en Ingeniería Química, con 230 y 80 alumnos de nuevo ingreso, respectivamente. Además recuerda que ha crecido más el número de profesores que el de alumnos por el elevado nivel de prácticas exigido por los nuevos planes de estudios. En Farmacia, según la profesora titular Amparo Asensio se soporta bien el pinchazo que ha habido en otros campus y titulaciones.

En lo académico, no se esperan nuevas carreras, ya que la adaptación a Bolonia llevará a sacrificar parte del catálogo actual.

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