Rígido minutaje

Los consejos de administración de las televisiones públicas fijan los minutos que sus reporteros van a dar a cada partido en las crónicas electorales. Es una tabla de la ley que cae como una losa en las redacciones. La semana pasada, los periodistas de estas televisiones publicaron un documento en contra de la asfixia del minutaje. Una cosa, argumentaban, es dar espacios gratuitos electorales para que cada partido construya su mensaje, como pasa en Europa, y otra, pautar un informativo. Sin resultados. No es que los partidos no se fíen de los profesionales, dicen que no se fían de sus empresas. Todos los grandes saben qué es mandar en una televisión pública y, como lo saben, quieren vigilarla cuando está en manos de otro. El viernes, Francino, al anunciar el bloque electoral, advirtió expresamente a los espectadores de que el orden y tiempo del mismo era decidido por el Consejo de Administración, "donde están todos los partidos". Sin decirlo, discreta y elegantemente, exculpó a la redacción de la atribución de tiempos en el bloque electoral. No es suyo.

En TV-3 el reparto es el siguiente: 2 minutos 30 segundos para CiU; 2m 20s, PSC; 50s, PP; 40s, ERC, y 30s, ICV. En TVE de Sant Cugat, la crónica electoral dedica 1m 55s a CiU; 1m 45s, PSC; 30s, PP; 30s, ERC, y 15s, ICV. En BTV, la parrilla, inamovible, queda como sigue: 2m 40s, PSC; 2m 40s, CiU; 1m, PP; 55s; ERC, y 40s, ICV.

La distribución se hace en función del peso parlamentario de cada partido. Treinta segundos es el umbral de visibilidad que se considera mínimo para que alguien pueda explicar algo. Si no se llega al medio minuto, se acostumbra a dejar al partido la opción de acumular tiempos y no salir un día a cambio de 30 segundos en otra jornada. ICV recurrió a la Junta Electoral contra la parrilla de TVE pidiendo cinco segundos más. Quien quiera consultar las fórmulas que se aplican en distintos países para regular el reparto del tiempo electoral, puede hacerlo en Internet: http://www.aceproject.org/main/espanol/me/mez_001.htm.