"Lo más contrario a Marx es convertirlo en un dogma"
P. Marx les dijo: proletarios del mundo uníos. Pero ustedes, en IU, ni caso. Siempre están a la greña.
R. (Risas) Marx también promovió muchísimo el debate, además muy fuerte, en el interior de lo que se estaba gestando como movimiento obrero.
P. ¿Qué salvaría hoy del pensamiento de Marx, si se salva algo?
R. Sí, yo creo que sí se salva: La profunda curiosidad por analizar críticamente todas las cosas.
P. ¿Analizaba mal o bien?
R. Creo que bien. Además, tiene un espíritu muy abierto a todas las innovaciones, tanto tecnológicas como en el sistema económico. Lo más contrario a Marx es el anquilosamiento o la propia cerrazón, convertirlo en dogma.
P. ¿La izquierda sólo sirve para llevar pancartas, como dice Aznar?
R. (Risas) Ésa es la izquierda que desea Aznar. La izquierda sirve para crear una sociedad mucho más justa, más vivible.
P. ¿Le molesta que la llamen comunista?
R. Para nada. Soy comunista y de ese tipo de comunismo muy abierto, con un carácter profundamente democrático, del que ha sido además casi fundador el PCE en el conjunto de Europa, junto con los italianos.
P. Vázquez Montalbán dijo cuando Ramoneda le preguntó sobre su "obstinada fidelidad al comunismo": "Déjame que sea el que apague la luz". ¿Hay luz aún?
R. Sí que hay luz, pero es verdad que hay que encender nuevas luces, hay que cambiar la instalación eléctrica y hay que dar otras oportunidades al pensamiento alternativo. Vázquez Montalbán no daba por zanjado el comunismo. No era una reivindicación de la nostalgia, sino del futuro.
P. Rosa Aguilar eludió referencias a IU en su campaña electoral. ¿Se sacan menos votos si uno declara su fe comunista?
R. Se sacan menos votos si se plantea una fidelidad perruna a cualquier tipo de organización. PSOE y PP también lo hacen.
P. ¿La alcaldía de Córdoba vale una misa?
R. ¿Una misa? (Risas). A mí las misas no me agradan mucho.
P. Rosa Aguilar, con el cura Castillejo, en Cajasur. Chaves, con el cardenal Amigo, en Roma. Alcaldes y concejales de todos los partidos, tras los pasos procesionales. ¿Qué queda del laicismo de la izquierda?
R. No se ha sabido separar el mundo de las creencias del mundo de las instituciones eclesiásticas. La izquierda, independientemente de las creencias de cada uno, tiene que ser absolutamente laica en su relación con una institución que se llama Iglesia, y como tal no podemos concederle ningún papel en la vida civil. Otra cosa es el mundo de las creencias en el que, además, en la izquierda, curiosamente, hay muchísimo creyente.
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