Jugando a matar en el día libre
La jornada sin clase de ayer causa la protesta de muchos padres que no saben qué hacer con sus niños
Pablo se agacha silencioso y, tras hacer una pirueta, se esconde detrás de un mueble. Saca su pistola y descerraja cuatro tiros en el estómago de su adversario, un terrorista sin patria, que cae al suelo en un charco de sangre. Se terminó el juego.
A sus 11 años, Pablo aprovechó ayer su día sin clase para matar terroristas virtuales en un cibercafé de la calle de Alcalá, abarrotado de chavales, en el que sólo se oían las balas silbando.
Los 900.000 escolares que estudian en la Comunidad de Madrid no tuvieron clase ayer. Hace tres años, la Consejería de Educación suprimió la semana blanca, tres días de vacaciones que se daban a los alumnos y profesores en febrero, y los cambió por tres días libres distribuidos a lo largo de todo el año.
Pero esta alternativa de tres fechas sueltas a lo largo del curso no agrada a los padres. "Son un trastorno para los padres, que en muchas ocasiones se enteran de que sus hijos no tienen clase sólo unos días antes", señala Maite Pina, presidenta de la Confederación Española de Asociaciones de Padres de Alumnos (CEAPA).
La Consejería de Educación y los sindicatos coinciden en que la fecha no puede ser polémica. "Estos días no lectivos están señalados en el calendario escolar desde que empieza el curso y se consensuan con los sindicatos, los docentes y los padres, respetando los 175 días lectivos obligatorios", dicen en la consejería.
El hecho de que el día de ayer coincidiera con la festividad anglosajona de Halloween confundió a muchos padres, que creían que el día de descanso se debía a la celebración de esta fiesta del terror de origen celta. Matilde acompañó ayer a su hija de siete años vestida de bruja. "Me la llevo a la fiesta de Halloween que han organizado en su colegio. ¿El disfraz...?, un dineral", comentó.
La Consejería de Educación aseguró ayer que la coincidencia de la jornada no lectiva con la festividad de Halloween era simplemente eso, una mera coincidencia: "Ésta es la primera parada desde que comenzó el curso, y el 1 de noviembre, festividad de Todos los Santos, cae en sábado. No es una mala fecha para que los niños descansen".
Los abuelos fueron el comodín más usado ayer. Por las calles del centro de la capital se pudo ver a muchos de ellos cuidando de sus nietos. "A mí estos días me encantan, porque así puedo pasar mucho tiempo con el niño. Y mimarle mucho, claro está", exclamaba un anciano que arrastraba a un niño con un verdugo de lana encasquetado en la cabeza.
Representantes de CEAPA consideran que "el calendario laboral de los profesores no puede condicionar el de muchos trabajadores que son los padres".
Sin embargo, los sindicatos aseguran que el calendario escolar debe atender sólo a las necesidades educativas y no a las sociales. "Si no fuera así, los niños tendrían que estar en el colegio las mismas horas que sus padres están en el trabajo", afirman fuentes de CC OO. "Hay otras alternativas, como actividades extraescolares gratuitas financiadas por Educación para atender a los niños que no pueden quedarse con sus padres", remacha un portavoz de UGT.
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