Aznar impone la ofensiva jurídica pese a las dudas de ministros y técnicos

La decisión que ayer adoptó el Consejo de Ministros de recurrir ante el Tribunal Constitucional la propuesta del lehendakari, Juan José Ibarretxe, acompañada de una fuerte ofensiva política contra las resoluciones del Ejecutivo vasco, fue impulsada por el propio presidente del Gobierno, José María Aznar, y sorprendió a buena parte de su Gabinete.

La víspera, los ministros desconocían cuál sería la decisión del Consejo de hoy. Todos estaban pendientes de la última decisión de Aznar, que regresó ayer por la mañana de Brasil, justo para incorporarse a la reunión.

Lo único que había sobre la mesa era una serie de informes jurídicos con alternativas muy variadas que habían propuesto los técnicos. Ayer, los representantes de los ministerios de Justicia, Administraciones Públicas y de la Presidencia, que coordinan la respuesta jurídica al plan Ibarretxe bajo la presidencia de Javier Arenas, ya descartaron la hipótesis de reformas legislativas como la del Tribunal Constitucional para introducir el recurso previo de inconstitucionalidad o del Código Penal para endurecer las sanciones por desobediencia, aplicables a los protagonistas de dicho plan.

Pero la mayoría de los ministros y los técnicos también se inclinaban por la prudencia ante la hipótesis de recurrir al Tribunal Constitucional. Preferían esperar a tomar la decisión de recurrir a que la Mesa del Parlamento vasco calificara la propuesta de Ibarretxe porque un recurso al Tribunal Constitucional -como finalmente se decidió ayer- de un proyecto de ley, aunque Ibarretxe lo califique de propuesta, es "muy difícil" de cursarlo con éxito por no decir "imposible".

Sorpresa en el Consejo

Incluso, la víspera la tesis predominante en el Gobierno era que ayer el ministro de Justicia, José María Michavila, tras el Consejo de Ministros, se limitaría a anunciar un recurso para cuando se conociera la calificación por la Mesa del Parlamento vasco de la propuesta de Ibarretxe.

Pero Aznar ha vuelto a sorprender a sus ministros. Nadie dudaba ayer, en los medios gubernamentales, que Aznar ha impuesto una decisión política sobre las cautelas jurídicas.

El análisis que ayer hacían los ministros consultados, tras escuchar a Aznar, es que "el Gobierno ha pasado a la ofensiva política y quiere dejar claro un mensaje a Ibarretxe, por la vía de los hechos, y es que responderá con firmeza desde el principio a su estrategia secesionista en todas sus vertientes, que va a paralizar su plan y que impedirá su debate".

Lo dijo claramente, ayer, el portavoz del Gobierno, Eduardo Zaplana, al finalizar la rueda de prensa del Consejo de Ministros: "No vamos a pasar ni una al Gobierno vasco".