Duisenberg deja el BCE con una defensa del Pacto de Estabilidad
Un fracaso del acuerdo, sostiene, "sería un desastre para Europa"
Se fue con una advertencia. Wim Duisenberg, el presidente del Banco Central Europeo (BCE) que dirigió la puesta en marcha de la moneda única y que a partir de hoy será sustituido por el francés Jean-Claude Trichet, volvió a alertar ayer sobre el "peligro" que está corriendo el Pacto de Estabilidad y Crecimiento. "Sería un desastre para Europa" que este conjunto de reglas fiscales fracasara, afirmó.
Duisenberg realizó esta encedida defensa del Pacto en una entrevista concedida al canal de televisión alemán Phoenix y justo cuando se sabe que las dos mayores economías de la zona euro, Alemania y Francia, incumplirán en 2004, por tercer año consecutivo, la prohibición de un déficit público superior al 3% del producto interior bruto (PIB) incluida en el Pacto.
A juicio de Duisenberg, de 68 años, esto muestra que está "desapareciendo" el amplio consenso de los años noventa en torno a que la unión monetaria se fundamenta en "la convergencia del rendimiento económico, es decir, en una inflación baja, tasas de crecimiento lo más altas posibles y la reducción del desempleo". Volver a reanimar esta "notable y fuerte voluntad política", según el holandés, es el mayor reto que enfrenta su sucesor, el hasta ahora presidente del Banco de Francia, Jean-Claude Trichet.
Querido y estimado entre los periodistas que cubrían sus mensuales ruedas de prensa, pero inicialmente criticado por los analistas financieros, que le reprochaban sus ocasionales salidas de tono, Duisenberg fue nombrado presidente del BCE en mayo de 1998, tras un fuerte forcejeo sobre quién debía presidir la nueva autoridad monetaria. Alemania respaldaba al ex ministro de Finanzas y antiguo presidente del banco central holandés, pero sólo se pudo imponer parcialmente a Francia, que forzó un acuerdo según el cual Duisenberg debía retirarse voluntariamente hacia la mitad de su mandato.
Es precisamente este pacto el que se está cumpliendo en estos días, con un retraso motivado por la investigación judicial a la que Trichet tuvo que someterse por su papel, a inicios de los años noventa, en el falseamiento de cuentas en el Crédit Lyonnais.
Impulsor del euro
Bajo la dirección de Duisenberg, siempre empeñado en buscar el más amplio consenso posible, salió adelante un proyecto sin precedentes: fundir en una sola la moneda de 11 países europeos (posteriormente, también Grecia se incorporaría a la unión monetaria). El euro comenzó a cotizar en 1999 y se puso en circulación por vez primera en 2001. El hecho de que desde entonces se haya consolidado como la segunda divisa mundial, por detrás del dólar, e inspire una considerable confianza a los inversores, está considerado como uno de los principales méritos del holandés y del BCE que él dirigió.
En términos de política monetaria, Duisenberg y sus colegas del Consejo de Gobierno,compuesto por el comité ejecutivo, de seis miembros, y los 12 presidentes de otros tantos bancos centrales nacionales, siempre dejaron prevalecer la cautela.
Frente a los frecuentes llamamientos a estimular la coyuntura con bajadas de tipos, la respuesta solía ser contundente: el principal cometido del BCE no es impulsar el crecimiento sino garantizar la estabilidad de los precios. Contra viento y marea, Duisenberg defendió la independencia del BCE en coyunturas tan difíciles como el desplome del euro frente al dólar, el atisbo de pánico financiero tras los atentados terroristas del 11 de septiembre y la reciente desaceleración de la economía de la zona euro.
Sus últimos días se le han ido en toda suerte de homenajes y en desocupar poco a poco su oficina en el piso 35 del Eurotower en Francfort. "Como dirían los franceses, despedirse es morir un poco", confesó. Oficialmente, el cambio de mando tiene lugar hoy, 1 de noviembre.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.