El regreso del ministro más impopular del Reino Unido
La casi segura elección de Michael Howard significará la llegada del primer judío al liderazgo conservador desde Benjamín Disraeli -a mediados del siglo XIX- y el renacimiento de un político que hace seis años fue considerado el ministro más impopular del Reino Unido. Howard, abogado de profesión, nació el 7 de julio de 1941 en Gorseinon (Gales). Su padre, que cambió el apellido Hecht por Howard, era un rumano de Transilvania que regentaba una tienda de ropa. Su madre nació en Rusia, pero era aún un bebé cuando llegó a Gran Bretaña.
Aunque no llegó al Parlamento hasta 1983, en pocos años alcanzó la segunda línea del Gobierno. Su tenacidad defendiendo el polémico poll tax -un impuesto local que marcó el declive de Margaret Thatcher- y la privatización de la compañía de aguas le catapultaron al Gabinete. Ministro del Interior entre 1993 y 1997, se ganó la fama de derechista y duro que le convirtió en el ministro más detestado del Gobierno de John Major. Su subordinada Ann Widdecombe le lanzó un lacerante ataque al decir que tenía "algo de la noche", aludiendo a su lado más oscuro, a lo que algunos consideran una personalidad ambivalente e incluso siniestra.
Sus amigos dicen de él que es educado hasta la exageración, escrupuloso, extraordinariamente inteligente, muy rápido con la cabeza y con la lengua. Cuando él estaba en el Gabinete y Blair era opositor, Howard le infligió más de una derrota en el Parlamento.
Pero sus críticos lo ven como un hombre frío, calculador, sin corazón, una máquina política. Está a la derecha en lo ideológico y también en lo moral, pero su pragmatismo le ha hecho guardar para sí sus prejuicios y evolucionar al centro en lo político y lo económico. Es antieuropeo, pero sin la visceralidad de Iain Duncan Smith. Aunque quisiera bajar los impuestos, ya advirtió de que eso sólo será posible si no afecta a su prioridad: la reforma de los servicios públicos.
